Contrato

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Sentía un ruido en mis oídos, como si alguien me estuviera recordando algo, pero no lo quisiera escuchar. Solo podía ver sus ojos. Celestes, como el cielo. Me atraparon. Estoy encerrado, en mi propia prisión. No puedo salir del trance de volver a tener esos ojos tan cerca de mí. ¿Hace cuanto no lo veía tan claramente? Es él.

Todos los momentos, se rebobinan en mi mente, uno tras otro, es como un colapso mental. En el que él es el protagonista, y el culpable. Que débil me siento, pensé.

De repente, esa luz, se esfumo.

- ¿Te esta dando un accidente cerebro vascular? – preguntó la dulce voz de Cielo. O Sky, o como sea.

- No – respondí, y solté una risa, de esas que haces solo por compromiso.

Me quede perdido en sus ojos, y ni siquiera eran los de él… patético.

- No se que te paso entonces – dijo con una sonrisa y alzándose de hombros – en fin, mira, ¿Te gusta? – retrocedió un poco y me mostró la camisa entera, que le tapaba desde la cabeza hasta la cadera, muy grande. – ¿Es tu talle? Por que, literal, le dije al señor que me atendió, “Es para Harry Styles”, y el me trajo esto – la movió.

- Sí, me encanta, y es preciosa, pero… no la quiero recibir – respondí, una bonita camisa, pero así como bonita, también costosa, y son prendas que hay gente que no se puede permitir estos lujos.

-  ¿Por qué no? – pregunto ella dejando ver su cara, con una mirada de preocupación en sus ojos.

- Porque, no es algo que todos se puedan permitir. Me refiero, no creo que eso haya salido barato. No es una marca accesible, no te ofendas, pero no pareces tener mucha edad, y tampoco pareces tener mucho dinero, aunque te vistas elegante, y eso no lo puedo negar – terminé mi larga explicación y ella alzo sus dos cejas.

- ¿No sabes quien soy? – pregunto dejando la prenda en su bolsa, y poniendo sus brazos en jarra, aún con su bolso marrón enorme. Y ahora que lo miro bien, en ningún lado decía ser de Chanel, más que una CH que parecía mas un llavero que otra cosa. Negué.

- Supongo que eres modelo, pero no lo sé. Pareces muy chica como para ser profesional – respondí.

- Tengo 20 años, sí soy modelo profesional, y modele para esa puta marca que tu compras entre otras, también soy bailarina y actúo en un show bastante famoso aquí en Londres. Por eso, tengo dinero, y me puedo permitir, estas y diez camisas más iguales en un solo pago. No juzgues a alguien por como se viste, o por como es. Por que si yo opinara, sin saber de marcas, por como te vistes, diría que eres un linyera. Hasta tienes el mismo pantalón que ayer – tenía razón. Suspire, y lleve mi cabello hacía atrás.

- Esta bien, tu ganas. Tienes razón. Te juzgue mal, pero aún así, no la quiero. No debiste. Creo que hubiera preferido una caja de cupcakes o algo así.

- El helado hubiese sido una buena idea – comentó, tomando una postura más blanda.

- Sí, puede ser.

- Igual, te quedas con esto. Y haz lo que quieras – agacho un poco su espalda, agarro la bolsa, y golpeo mi pecho con ella. Junto con una sonrisa.

- Te invito un café – respondí, y ella abrió los ojos sorprendida. Agarre la bolsa, sin dejar de mirarla a los ojos, y me senté en el sofá de enfrente al de cuero negro.

- Un té, el café no me atrae, solo el de maquinas – dijo. Yo sonreí y corrí la vista para dejar la bolsa a un lado.

- Perfecto – suspiré – no tenía café.

3 MESES DESPUÉS

Diciembre. Habían pasado ya varios meses desde que había finalizado mi maldita relación con el chico X. El chico X hace como si nada pasó. Como si yo no hubiera sido nada para él.

touching the sky / l.s. 1d.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora