Capítulo 1: Conociéndonos

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La mañana del 25 de agosto Daniela se levantó como todos los días dispuesta a ir a la escuela, luego de asearse y desayunar, se despidió de su madre y puso rumbo a la escuela. Era el último año de la secundaria y estaba feliz pues sabía con total seguridad que al año siguiente podría ir a la universidad sin mayor complicación que la del dinero.

Pues si, Daniela pese a ser hija única, tampoco contaba con un padre que la ayudara, debido que este las había abandonado a su madre y ella cuando apenas tenía 3 años, y jamás se había hecho responsable de sus obligaciones para con ella, así que únicamente contaba con su madre, quien trabajaba a medio tiempo, debido a su edad y al hecho de que se encontraban en un país ajeno no le había sido fácil conseguir un empleo mejor, pese a tener estudios en su país que la hacían más que cualificada para estar de secretaria en una empresa, sin embargo ella era una simple persona de limpieza a la que contrataban por horas para el aseo de casas y empresas, lo que había suscitado que vivieran con las cosas limitadas.

Aún así Daniela se esforzaba todo lo que podía en sus estudios, pues decía que quería estudiar la carrera de leyes para poder ayudar a otras mujeres desvalidas como su madre a que no sufrieran el acoso y maltrato de parte de sus parejas y el estado.

Después de bajar del autobús que la había dejado a una calle de la escuela, corrió hasta ella para evitar llegar tarde y ser amonestada por la tardanza; podía decirse que Daniela no sólo era una buena estudiante sino también una chica responsable y con los valores bien puestos, estos los había heredado de su madre a la que amaba con todo su corazón.

- Daniela! pensé que ya no llegabas! 

Saludó con un abrazo su mejor amiga Mariane quien todas las mañanas la esperaba en la puerta de la escuela, era su mejor y única amiga ya que el resto de su clase la miraba como si fuera un bicho raro, lo cual al principio la había hecho sentirse menospreciada; no sólo por el hecho de ser hija de extranjeros, sino también por el hecho de no tener un padre y ser pobre, esto en más de una ocasión había causado que Daniela se escondiera detrás del pabellón de deporte donde habían unos salones abandonados y se soltara en llanto.

A ese lugar únicamente se acercaban las parejas cuando iban a besarse o los gamberros que se escapaban de las clases para ir a fumar o simplemente a pasar el rato; Daniela evitaba cruzarse especialmente con estos últimos ya que en una ocasión cuando apenas había llegado a esa escuela de "alto standing" se había topado con un grupo de ellos, después de ser humillada por un grupo de chicas ricas de su clase las cuales no dudaron en tomarla de los cabellos y tirarla al suelo para escupirla y patearla por el hecho de no estar a su nivel, increpándole el hecho de haber profanado su escuela con su sola presencia e invitándola "cordialmente" a que se largase de ahí para nunca más volver.

Lo curioso a este hecho era que Daniela era una de las 2 becas que emitía esa escuela cada año a alumnos ejemplares de otros colegios, estas becas eran completas, consistían en el pago total de todos los materiales, uniformes, y mensualidades que el becado necesitara sin ningún tope; esta beca era otorgada por una familia bastante adinerada, de origen también extranjero en aquel país pero dueña no sólo de una gran empresa sino también de dicha prestigiosa escuela.

Y es por eso que sin distinción de raza, sexo y credo las becas se otorgaban a los que no sólo fueran los mejores sino también los más necesitados, y Daniela cumplía con ambas cosas.

- Tranquila Mariane, estoy bien, sólo... ya sabes el autobús tardo un poco en llegar y... bueno pero ya estoy aquí - sonrió a su mejor amiga.

Mariane era una chica de hermosos ojos verdes y cabellos rubios, la cual había sido criada por la familia de su padre, ya que este se la pasaba constantemente de viaje de negocios; la madre había muerto unos años antes debido a un cáncer brutal que en cuestión de 2 meses había acabado con su vida sin darle oportunidad de nada. 

Nos vemos allá arribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora