Cápitulo 10

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Anteriormente:

- Papi, hoy conocí a la chica que me va a cuidar, se llama Cristina y me cae muy bien.

- Cristina!!??- bajó a la niña bruscamente

No podía ser posible, Cristina hay muchas, y aquella que según él tanto daño le había hecho, ya estaba muerta. Andrea lo miraba extrañada, con la misma expresión que algunas veces había visto Cristina. Aquellos ojos verde olivo lo inundaban en recuerdos dolorosos.

- Muy bien mi muñeca- decía Fede saliendo de su ensoñación.

- Pasa algo Federico?- preguntaba Julia.

- No, nada- sacudía la cabeza- Dónde está Diego?

- Está en su habitación papi.

- Ok, princesa, vamos, te voy a llevar a la cama y contarte un cuento.

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- Me pareció una señora agradable y su hija es hermosa- decía Cris mientras le acariciaba el pelo a Angel.

- Qué bueno que te cayeron bien mi amor. Cuándo empiezas.

- Mañana mismo, tengo que estar temprano, me llevas?...sabes que no me gusta conducir, ya sabes por qué.

- Claro que sí princesa, yo te llevo.

Esa noche Federico no pudo dormir, daba vueltas en la cama, pensaba en Cristina y en la suerte tan trágica qe le había tocado, aunque nunca se arrepintió por haberla dejado tirada en aquel hospital. Nunca volvió a preguntar por ella, ni siquiera se preocupó por saber si le habían dado un buen entierro.

A la mañana siguiente, Angel llevó a Cristina a la mansión de los Rivero, ella estaba realmente hermosa, traía un vestido color lila y unos zapatos altos blancos, su pelo suelto y un sencillo y fresco maquillaje.

En la entrada de la casa se despidió de su esposo y comenzó sus labores, fue recibida por María, la empleada doméstica, ya los señores de la casa se habían marchado. Cristina subió a la habitación de Andrea y allí estaba la pequeña dormida. Se acercó a ella y se sentó a su lado, miró a su costado y había un retrato en la mesita de noche.

- Este debe ser tu papá?- decía en voz baja tratando de no despertar a la niña.

- Cris- decía la pequeña frotandose los ojitos.

- Hola muñeca, buenos días- le daba un beso en la frente- A levantarse que hoy es un día hermoso, dime, qué quieres hacer hoy?

- Hacer un pastel y palomitas de maíz- decía saltando en la cama.

- Ok, ok, pero para de saltar en la cama- le decía sonriente.

- Ay Cris, no me prohíbas cosas, ya bastante tengo con mi mamá, ella no me deja hacer cosas que yo quiero, solo mi papá me deja pero él siempre está trabajando- decía haciendo pucheros.

- Pero tu mamá lo hace para cuidarte, pero tú tranquila que nosotras dos nos vamos a divertir a lo grande en estas sos semanas, pero será un secreto entre nosotras- le decía poniendole su dedo índice en los pequeños labios.

- Sí, shhh- decía susurrando... Te has dado cuenta que tú y yo nos parecemos mucho? Tienes el pelo negro como yo y los ojos verdes como yo.

- Sí, nos parecemos mucho, y es un honor parecerme a una niña tan hermosa como tú- decía Cris mientras la cargaba en brazos y la metía al baño.

Esas dos semanas habían hecho una amistad muy fuerte Cristina y su hija. Se divertían de lo lindo e incluso Cristina hasta se la había llevado a dormir a su casa. Esa tarde Cristina había alistado a Andrea, sus padres estaban a punto de llegar. Al entrar Julia por la puerta Andrea corrió a sus brazos los cuales fueron dejados inmediatamente al percatarse la niña que su papá estaba justo detrás de ella.

Federico no se había percatado de la presencia de aquella morena que lo miraba sorprendida.

- Papi, Cris me cuidó mucho.

- Sí mi amor?...y dónde está esa famosa Cris?

- Es ella papá- señalaba a Cristina.

Federico al voltear cayó al suelo desmayado.

Chicos, este cápitulo es corto, estoy sin ideas...los quiero

TU AMOR... QUÉ SE LO LLEVE EL VIENTO!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora