PACIENTE X

CAPITULO 1

ESPECIALIDADES

La universidad suele ser un martirio.

Largas horas de clase, trabajos grupales, exámenes tediosos, compañeros de clases insoportables.

Pero hoy no, hoy será un día especial.

- ¡Buenos días alumnos! Tomen asiento por favor – dice en voz alta la profesora Violeta, coordinadora académica de psicología.

- ¡Mar! Ven, te guarde un sitio

Me acerco al sitio que me guardo Mónica, mi mejor amiga de la facultad. No puedo evitar sonreír viéndola sentada con el cabello alborotado, vistiendo una sudadera enorme y zapatillas de deporte. En su carpeta quedan los vestigios de tres vasitos descartables de café, de esos que se compran en las maquinitas expendedoras.

- Te lo diré por última vez, y lo hago porque te quiero. Pareces una indigente – le susurro mientras tomo asiento.

- Las buenas apariencias pueden esperar Mar, mis nervios no. De tantos cafés que he tomado me siento tan ansiosa como el conejito de las pilas de los comerciales.

- No solo es la buena apariencia, es por dignidad. Tienes restos de pollo frito en el cabello, ¿hace cuánto no te bañas?

- Ay, cállate que no estoy de humor – me dice mientras se muerde las uñas.

- No entiendo porque estas así, tus notas son excelentes. Estoy segura que te pondrán en un buen centro de prácticas. – le doy un empujoncito como gesto de levantarle el ánimo.

- Sabes que las notas no son lo más importante ahora, ese examen de aptitud me va a hundir.

- No lo veas así, de alguna forma nos está ayudando a elegir una especialidad que se acople a nuestras personalidades. – razono.

- Eso díselo a mi madre, que no ha parado de presumir que seguiré sus pasos como psicóloga clínica.- dice con gesto de resignación.

Cada estudiante de psicología al llegar al último año de la universidad debe realizar el internado. Las especialidades son casi como personajes animados con sus propias características. Empezando por psicología social, una especialidad 100% altruista, apoyan a comunidades, albergues, programas de salud mental para los más necesitados. La especialidad de psicología educativa, dedicada a los niños y adolescentes, trabajando en colegios con problemas de conducta y aprendizaje. Psicología organizacional, dedicados al área de recursos humanos de empresas para reclutar personal y crear programas de clima laboral. Y finalmente, psicología clínica. La ama y señora de psicología, trabajar con personas con rasgos o trastornos psicológicos, en hospitales o centros psiquiátricos.

Mónica no era la única interesada en aplicar a psicología clínica, secretamente cada estudiante desea pertenecer a ella. La razón es obvia, es la especialidad más exigente y demandante. Sin desmerecer a las otras áreas, reconozco que esta es el santo grial. No solo por toda la información que tienes que leer y aplicar, sino por el manejo emocional.

A eso precisamente le teme tanto mi querida amiga, sus emociones desbordan como un tsunami. Las exigencias de su madre, la gran psicóloga Reed, solo han servido para presionarla más y llevarla al punto del colapso.

En cambio yo, a comparación, soy una estudiante bastante promedio.

Notas decentes como para aprobar los cursos pero no tan altas como para llamar la atención de los profesores y ser delegada de clase.

Hasta el momento no logro conocerme lo suficiente como para saber que especialidad iría más acorde a mi personalidad, sin embargo en este punto lo único que importaba era alcanzar el puntaje mínimo para ingresar a cualquiera.