Sailor Moon: Enamorada de mi secuestrador, sentimientos ocultos.

Capítulo 19

Capítulo 19

La boda de Usagi se acercaba. Estaba a la vuelta de la esquina.

-"Cinco días, ya solo faltan cinco días..." –pensaba Seiya encerrado en su cuarto.

Cinco días antes de la boda, Usagi había ido al parque del centro Megalópolis a contemplar la noria y la hermosa puesta de sol. Se había convertido en un lugar especial para ella e iba cuando se sentía mal. Seiya sabía que estaba ahí, la conocía y lo imaginaba, fue a buscarla, pues no resistió las ganas de verla aunque fuese por última vez, y la encontró. Se acercó a ella y le puso su chaqueta, ya que la brisa movía sus cabellos y se notaba que sentía algo de frío en sus brazos ya que posó sus manos encima de los hombros.

-Bombón... -dijo Seiya a sus espaldas.

-Muchas gracias, Seiya, para una cosa que te pedí... -respondió ella reconociendo su voz y sintiéndole detrás de ella -te dije que no quería verte antes de la boda... ¿a qué has venido?

-No te puedes casar... -le pidió él desesperada y ansiosamente.

-¿Por qué? –preguntó ella.

Seiya no sabía qué contestar.

-¿Por qué, Seiya? –le volvió a preguntar girándose y mirándolo.

Seiya no contestaba. No podía.

-Sabes que me caso para olvidarte... me pides que no me case, y encima no sabes decirme por qué... ¿tú qué quieres, destrozarme la vida? –le dijo ella indignada.

-No te puedes casar... -repitió él.

-¡Eres un cobarde, Seiya, eres un cobarde, te odio, te odio!

Usagi empezó a darle golpes en el pecho, él la detuvo y al tenerla tan cerca, sentir su calor, la abrazó en su pecho y después se miraron, acercaron sus rostros y él la besó.

En ese mismo momento Haruka, quien estaba vigilando a Usagi a escondidas y la había seguido sin que ella se diera cuenta, lo vio todo.

Haruka se acercó a ellos al verlos besándose.

-¿Por qué lo haces a escondidas? ¿por qué no la besas delante de mí, Kou? ¡adelante! -le dijo Haruka a Seiya –yo te diré, porqué... Porque no tienes lo que tiene que tener un hombre... ¡cobarde! –le reclamaba -Vete a tu casa, cabeza de bombón... -le pidió a Usagi.

-Pero, Haruka... -le decía Usagi.

-¡Qué te vayas para tu casa, he dicho! –le ordenó bramándole.

Usagi le hizo caso y se fue, pues no sabía qué más hacer.

-¿Qué te crees que nadie se iba a dar cuenta? está prometida, se va a casar en cinco días ¡y es mi princesa, maldito! ¡Mi princesa! –le reclamaba Haruka. –Lo que más me duele es que llegué a confiar en ti, Kou...

-Lo siento... -dijo Seiya realmente se sentía mal.

-¿Qué lo sientes? No me hagas reír... -dijo Haruka. –Y te recordaré una cosa, cuando se trata de mi princesa, no paso ni una, ¿te enteras? Ni una...

Haruka se fue.

Seiya decidió ir a hablar con Usagi. Así que fue al día siguiente a casa de los Tsukino.

-Bombón... te tienes que casar con él... -le dijo él.

-Da igual lo que me digas, Seiya, yo ya no me pienso casar... además, ¿aunque me casara con él, crees que podría olvidarme de ti? ¿o qué tú podrías olvidarte de mí? Me besaste, Seiya... porque me quieres...