capítulo uno: hilos y encuentros inesperados

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“Olvídame, por favor

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Olvídame, por favor. Si me olvidas, serás libre de verdad...

Olvídame, Mikasa, te lo pido por lo que más quieras. Sé feliz, consigue a otra persona, pero sólo lo conseguirás si me olvidas... Mikasa, ¿me estás escuchando? Mikasa, respóndeme....

—¡Mikasa Ackerman!

La pelinegra se asustó por el grito que le brindó su amiga castaña que parecía escupir la comida que tenía dentro de su boca, haciendo que le regalara una contorsión de asco al reaccionar por completo a la situación.  A nadie le gustaría que esa fuera la primera imagen de ver al reaccionar después de estar sumergido en sus pensamientos un rato.

—Uhg, Sasha, no se habla con la boca llena—replicó, Historia, que se ubicaba frente la antedicha, brindándole también un golpe en su brazo, pero eso no le importo para nada a la muchacha, más bien metió mas a su boca haciendo que las otras dos pusieran sus ojos en blanco.

Sasha tragó la comida que estaba dentro de su boca de una sola vez sin siquiera atragantarse para volver a hablar— ¿Estás lagrimeando? ¿Por qué?—al comentar eso, ambas chicas fijaron mayor cuidado a la de cabello oscuro esperando una explicación.

Mikasa tanteó su rostro para darse cuenta que indudablemente si tenía lágrimas recorriendo sus pómulos, algo que no era habitual, ella ni siquiera podía dar una contradicción ya que estaba igual de confundida o más ofuscada que sus propias amigas. Aun consternada y sin decir más empezó a pasar sus manos por su rostro secándoselas.

—Estas así toda flaqueada desde que vinimos de la biblioteca, ¿tienes fiebre?—La rubia tocó la frente de la contraria pero está negó con su cabeza bajando su mano.

Mikasa no quería que el centro de atención fuera porque estaba sollozando en público, odiaría eso. Pretendía presumir que probablemente estaba maltrecha y su cuerpo lo manifiesto al dejar que brotara agua por sus ojos. Pese a ello, estaba clara que sus amigas seguramente no se comerían esa declaración que— simulaba ser más una excusa– e intentarían cachear la mejor explicación.

—Sospecho que fue la leyenda que le relataste a esos niños, Historia— interpreta Sasha, dando otro bocado a su filete —. Cuando la narrabas, Mikasa tenía una cara de angustia peor que los propios pequeños.

Ambas muchachas soltaron una risita traviesa confiando en que su amiga pusiera en escepticismo aquello, cosa que no fue así, ya que Mikasa asintió dejándolas asombradas.

—La verdad, si he estado profundizando en esa leyenda. Sentí mucho el dolor de la heroína cuando tuvo que hacer frente a perder a su ser amado siendo ella misma quién tuvo que darle fin a sus sufrimiento cortando su cabeza... No entiendo como puede ser eso algo que los niños escucharían—toma una papita y la mete a su boca con consternación y melancolía mientras sus compañeras de mesa aún no digieren lo que sucede—. ¿Qué? No soy una piedra.

Dijo aquello porque suponía que dado a su actitud algo retraída y a veces hasta frívola o dejada, se les hiciera trabajoso evocar que ella: Mikasa Ackerman, es una humana con emociones y apocamientos como todos los demás.

—No, no, para nada, solo que...—Historia, aspiraba encontrar las palabras correctas mientras tenía una mirada perdida en alguna rinconera del establecimiento—no creí que te afligiera tanto. Es un viejo cuento.

—Sí, lo sé. Mamá me lo contaba cuando era pequeña, siempre me ha dado pena, incluso una vez decidí crear un mundo donde ambos pudieran tener un final feliz, pero fracasaba, a la final de ningún modo podía salvar al protagonista de la historia.

Sasha toma la palabra nuevamente —Así es... Pero menos mal que no coexistimos en ese mundo tan problemático atemorizados por seres más grandes que nosotros ¡Jajaja! La única inquietud es que mañana iniciamos la universidad... Y si el camarero me dejará dar una quinta ronda de carne.

—La respuesta es sí—Reiss ríe a la vez que da un bocado a su Nuggets de pollo—. Escucha, Mikasa, ¿sabes que dicen que si te ligas mucho con una historia es porque comparten hilos?

—No creo en esas cosas. Es demasiada ficción para el mundo real.

—No insinúo que sea verdad, puede solo ser un truco para embellecer más el amor y eso,  no obstante puede que sí puedas alternar el final al presente, forjando tu propia historia. No sé, a lo mejor te duele porqué alguien igualmente siente esa leyenda tanto como tú, solo falta que lo encuentres, tipo almas gemelas y eso.

Mikasa curvo sus labios a la par que su amiga, para luego levantarse de su asiento —Voy al baño, ya vuelvo.

Emprendió su caminar dando vueltas a las últimas palabras manifestadas por la rubia sin prestar cuidado al frente, grave error, en menos de diez segundos ya había tropezado con alguien salpicando de gaseosa la prenda blanca del contrario, lo único que deseaba es que la tierra la tragase y la escupiera al otro lado del mundo muy lejos de allí.

—Perdóname, no era mi intención, no prestaba atención y ahora arruiné tu camisa y es blanca—repetía una y otra vez con la cabeza hundida y manos en la cara por la vergüenza—. Perdón, de verdad.

Percibe una risita —No hay problema, igual iba a lavarla. No hacen falta tantas disculpas por algo tan nulo.

Ackerman subió la mirada para encontrarse con aquellos ojos verdes viéndola atentamente, eran tan claros que ella misma podría verse reflejada en ellos, transmitían sosiego y calidez, el chico tenía el cabello cobrizo y algo revuelto poco más arriba de los hombros y no negaría que le quedaba bastante bien y su sonrisa ladeada le hurtaba cualquier pesar que ella misma puedo crearse en su cabeza.

Y no solo era atractivo también se le hacía extremadamente familiar por alguna extraña razón.

No obstante una dolencia en la sien hace que pliegue el entre cejo, a su cabeza retornaron de nuevo aquellos recuerdos de esa vieja leyenda. Froto su mano por su frente con un gesto de fastidio—Otra vez...

—¿Estás bien?— Demanda el contrario acercándose un poco más, a lo que ella asiente— ¿Te pasa a menudo?

—Recientemente sí, al menos hoy— expresa, percibe una mano en su hombro y da un sobresalto.

—No te conozco mucho ni nada, tampoco soy doctor, pero mi padre sí y él me dice que si un dolor subsiste un considerable lapso de tiempo lo mejor es ir al médico, hasta rima—vuelve a mostrar sus dientes—. No dudes en hacerlo si continúa.

Se despidió con un guiño luego de decir eso dejando a la chica cautivada por el momento, duró pocos segundos más para reaccionar y hacer memoria que iba a hacer antes de encontrarse con aquél chico moreno de ojos brillantes y sonrisa atractiva.

Pudiste haber dicho adiós o gracias” pensó para luego seguir con su camino.

N/A:
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Ah, re intensa, perdón la verdad no les escribo para darles spam de mi cuenta personal, bueno no principalmente.

Les escribo porque quiero agradecer el apoyo que le den a este humilde fanfic Eremika, y Anna también les hace llegar el mismo sentimiento ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡
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