-Pensé nunca conocer a alguien como vos- me dijo mientras me pasaba el cigarro. –No suelo fumar igual, lo hago de vez en cuando- le dije.
Sonrió y levantó la mirada –No me refería a eso-, -entonces?- pregunto.
-A alguien así, que le guste la música tanto como a mi, que se quede mirándome cuando toco la guitarra y que no me juzgue cuando canto con voz desafinada-
-Me gusta tu voz desafinada- agregué.
-A mi me gustas vos- dijo él.
Acompañamos el momento con un par de risas y se acerco a mí, acomodándome un mechón de pelo detrás de la oreja, me dijo –me invitaste a ver las estrellas y a lo único que no dejo de mirar es a vos-
No aguante y sentí la necesidad de besar su boca, de todos modos no lo hice, solo seguí esperando poder animarme. Aunque me creí lista a penas subimos a su balcón.