Me desperté y ya no estabas. Recuerdo que tenias que irte a trabajar temprano, pero ¿qué hora es?. Prendí mi celular y tenía 2 mensajes de tu parte "la pase muy bien ayer" y "deje mi guitarra en tu casa, esta tarde puedo pasar a buscarla?".
Me levante como pude y desayune algo, me duele todo el cuerpo. Sentada con el café en la mano miraba su guitarra, recordaba cómo me besaba. Tengo que ordenar todo esto, pensaba, pero primero le respondo "Hola, buenos días. Te espero esta tarde para darte tu guitarra" "ah y por cierto, yo también la pase muy bien".
Abrace el celular demasiado feliz como aquel día, a los 17, cuando me llego tu mensaje por primera vez, corrí a contarle a una amiga que el chico que me gustaba me envió un mensaje muy de la nada.
Se hicieron esas horas que se suponen que ya es la tarde, pero mientras tanto, llame a esa amiga.
*en llamada*
-Pero decime, lo besaste?
-Toque su tatuaje
-No entiendo
-Está muy bien hecho y le queda perfecto
-No respondiste mi pregunta
-Sí, lo bese. Viene en un rato.
-Estas con el pijama todavía, cámbiate si lo vas a ver
-No voy a hacer eso, estoy cómoda, lo quiero pero que me vea así no es una molestia para mí
Entre hablar de tanto me vibra el celular "estoy afuera, podrías abrirme?"
-Te corto que ya vino. Le dije y fui como tímida a abrir la puerta.