Boda,vino y un muerto.

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Los cánticos de los pajaritos que se posan en las ramas de aquel árbol frente a su ventana parecen anunciar una fecha muy importante,una especial y esperada por mucho tiempo. Una que fue planeada a cada detalle por cierto azabache de belleza inigualable.

Ese era su día especial,uno donde dejaría de ser solo él y se convertiría en ambos,el farol del cariño el cual le sería dado ya ahora en su totalidad lo iluminaria para seguir su camino.

El día de su boda era esperada por muchos,una fecha que sería recordada por siempre sin duda,no solo porque se casaba uno de los hijos del multimillonario empresario chino,si no por la pasión con la cual el mismo novio y futuro marido lo había planeado con tanta antelación y dedicación.

Habían sido noches en vela y muchos dolores de cabeza,muchos gritos y peleas pero sin duda valían la pena.

¡Oh dios claro que sí!

Esa mañana el asiático se levantó aún más temprano que de costumbre,se colocó su bata de seda roja y salió con pasos ligeros y elegantes al balcón,abrió los ventanales que servían como puerta y de un tirón separó las suaves cortinas,el viento le recorrió todo el cuerpo,dándole un cosquilleo en las mejillas,una hermosa sonrrisa se estampó en sus labios mientras miraba hacia el cielo. Un bonito día ya hacía delante de sus ojos,el cielo estaba despejado y el sol brillaba de una forma muy armoniosa.

El delicado golpeteo de la puerta de su habitación lo hiso devolverse hacia el interior de su cuarto,se acomodó el cabello y fue a atenter al que lo estaba llamando.

"Buenos días señorito,sus damas de honor lo esperan en el salón principal"  la anciana mucama le sonrió dulcemente y se retiró,el aludido cerró la puerta y dio saltitos de emoción,al fin y luego de 3 largos años había llegado el momento por lo que había estado preparándose tanto tiempo. Fue a toda prisa al baño para bañarse y recibir a sus visitas,colocó su mejor shampoo y sus jabones aromáticos,escojio detenidamente las cremas que usaría,y las flores que colocaría.

Además preparo su ropa para salir,un hermoso vestido verde con detalles amarillos,unos zapatos del mismo color que los decorativos y por último una pieza de joyería muy fina.

Entro a la bañera y coloco las lociones,sales y flores.

Se tallo la piel delicadamente y depiló cada bello de su cuerpo,lavo correctamente su cabello y lo enjuago con agua de rosas,colocó una mascarilla en su rostro y prendió velas de vainilla para ambientar,hoy era su día especial y se encargaría de que nada salga mal.

Una ves terminado el baño,el joven chino salió de la bañera y se colocó la bata blanca,enrrollo su cabello con toallas y se quitó la mascarilla,colocó una crema en sus ojeras,y llevó todos sus artículos para humectar su piel.

Se deslizó hacia su cama dejando tras él un pequeño rastro de vapor, liberó su larga melena negra cual tinta,dejó caer la bata dejando al descubierto su delicada silueta,se sentó en la cama frente al espejo y empezó a aplicar las cremas y perfumes.

Primero con sus piernas y brazos,luego su pecho y caderas,por último su cuello y cara.

Llevo su ropa al probador que poseía,era un cambiador tradicional chino,estaba hecho con papel de arroz y tenía estampados de lirios.

Salió ya cambiado y dispuesto a maquillarse,camino nuevamente al baño y saco sus múltiples cosméticos.

Aunque fuera hombre su belleza era muy similar a la de una mujer,una bella dama que representaba la luna.

Un poco de base en sus pómulos y debajo de los ojos,tapando aquellas o
horrendas ojeras que había desarrollado mientras preparaba su boda.

Tantos lujos eran difíciles de planear,pero al fin lo habia logrado,cepilló sus cabellos con tanta delicadeza,los trenzo y los recogió en un peculiar pero igualmente hermoso peinado tradicional.

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