1.- Audicion

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Saiki se encontraba cansado, no era de esperarse que algún día tantas voces en su cabeza lo tuvieran agotado y si a eso le sumabas el hecho de que se había desvelado viendo una de sus novelas de bajo presupuesto, ya te darías una idea de cómo se encontraba.

Ni siquiera su deliciosa gelatina de café era capaz de ayudarlo.

Saiki era capaz de escuchar distintas voces en sus cabeza y cada voz era tan agotadora más si le pertenecía a esas personas de voces chillonas, agudas o gritonas.

Incluso la voz de su papá era suficiente para mantenerlo estresado y más cuando viene gritando por toda la casa para que lo lleve al trabajo.

Todo eso lo tenía de mal humor.

Y ahora ahí en la escuela con todas esas voces de estudiantes que no solo aparecían en su cabeza sino también el hecho de que no dejaran de hablar, era insoportable.

Justamente hoy se le ocurrió al profesor faltar, por eso había tanto revoloteo, soltó un gruñido estaba seguro que Dios lo odiaba.

Y todo empeoraba mientras mas tiempo estuviera ahí, un fuerte dolor empezaba a formarse en su cabeza.

Estaba a punto de salir de aquella aula, utilizar sus poderes en el baño y transportarse a su casa, de todos modos el profesor no llegaría y la clase duraba 3 horas, tenía tiempo suficiente para descansar.

Claro que antes de lograr su cometido, una voz que conocía muy bien llegó a sus oídos.

—Saiki-Ku, ¿Te encuentras bien? —Dijo aquella chica de ojos azules con preocupación en su mirada —Si te sientes mal puedo acompañarte a la enfermería—dijo por último mientras sus mejillas se cubrían de un ligero rubor.

Saiki no supo en qué momento se había acercado, tener tantas voces gritonas a su alrededor lo habían tenido tan estresado que ni siquiera noto que ella estaba ahí.

Lo peor de todo era el hecho de que ella ya se había dado cuenta de cómo se encontraba, no podía simplemente irse y escaparse,no, eso traería sospechas sobre su persona.

Así que si más acepto su oferta, al menos en la enfermería esperaba que hubiera menos personas a las que escuchar.

Mientras se dirigían a su destino, el silencio comenzó a hacerse notorio, lo suficientemente tranquilo para que el dolor de su cabeza fuera disminuyendo.

La única voz que ahora escuchaba le pertenecía a la belleza azul con distintos pensamientos, pero siendo honesto no le molestaban en lo más mínimo.

Al llegar a la enfermería y abrir la puerta, Teruhashi se dio cuenta, que la enfermera no se encontraba ahí "tal vez tuvo una urgencia y había tenido que irse" pensó.

—Será mejor que la vaya a buscar— dijo Teruhashi preocupada, en su cabeza aparecían pensamientos de que si Saiki estaba enfermo no podía quedarse así, necesitaba a la enfermera.

Girando en sus talones, teruhashi proseguía a retirarse hasta que Saiki la tomó del brazo.

—"No estoy enfermo, solo estoy casado"—hizo una pausa mientras su mirada a través de los lentes verdes se posaba en ella—"No dormí bien anoche".

—O, entiendo—la escucho decir mientras la soltaba—entonces puedes descansar aquí y cuando llegue el momento de ir a la siguiente clase te despertaré—dijo Teruhashi con una radiante sonrisa.

Saiki mentira si dijera que la había detenido para que se quedara con el, pero Teruhashi iba ir a buscar a la enfermera y usando su poder de clarividencia (claro sin que ella se diera cuenta) la encontró muy alejada de la escuela.

Teruhashi nunca la encontraría.

Soltó un suspiro y prosiguió a recostarse en la cama, acomodándose para poder dormir un poco. Observo como teruhashi se acomodaba en la silla de a lado.

Estaba a punto de cerrar los ojos cuando ella volvió a hablar.

—¿No te molestan tus lentes y pasadores para poder dormir?—pregunto la chica mientras los señalaba.

—"No, me siento más cómodo con ellos"—dijo, era una pequeña mentira pero ella nunca lo sabría.

Teruhashi solo asintió y prosiguió a retirar su mirada de él.

Habían pasado cerca de 15 minutos y Saiki aún no había sido capaz de conciliar el sueño.

Estaba pensado que lo mejor sería volver al aula, al menos el dolor de cabeza se había ido.

—¿No puedes dormir?—Pregunto Teruhashi que se había dado cuenta del problema del chico de cabello rosa.

Él movió su cabeza en negación dio un suspiro mientras estaba apunto de decirle que regresaran al salon.

—Yo puedo ayudarte con eso—dijo el ángel perfecto mientras una sonrisa se entendía por sus mejillas.

Saiki solo la miro esperando su respuesta.

—Cuando era niña y no podía dormir—Hizo una pausa—Mi mamá me cantaba una canción para que pudiera hacerlo—la escucho tartamudear—si quieres puedo cantarla para ti—dijo mientras esquivaba la mirada para después de unos segundos volver a regresar su ojos azules a el.

Decirle que no era necesario ¿sería tan malo?, no quería escuchar más voces, solo quería relajarse y poder dormir un poco. Definitivamente escuchar, era el sentido mas problemático cuando tenías el poder de leer las mentes aunque no lo quisieras.

Pero ahí estaba ella, con las mejillas sonrojadas y cohibida, además de que sus pensamientos empezaban a sonar más fuertes que antes y no, el no estaba enojado por la proposición que ella le había hecho.

Dio suspiro—"Santo cielo, después me arrepentiré de esto"—pensó para sí mismo.

Asintió en afirmación a la chica peliazul y fue testigo como la sonrisa que se formaba en su rostro era capaz de iluminar la sala en la que se encontraban, optó por cerrar los ojos, no necesitaba en este momento odiar otro sentido humano.

Un sonido suave y tranquilo comenzó a emanar de los labios de la chica, lo suficientemente agradable como para arrullarlo.

Su cuerpo empezó a sentirse ligero y poco a poco fue quedándose dormido aún con la agradable melodía de fondo.

Antes de poder entregarse completamente al sueño, un deseo cruzo por su cabeza.

Si había sido condenado con el sentido de la audición entonces lo único que deseaba a cambio era escuchar la dulce voz de Kokomi a su lado.

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Publicado 24/04/2020 🤍

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