𝑳𝒂 𝑩𝒆𝒔𝒕𝒊𝒂

𝑪

Correr, esa es la única orden que te da el cerebro cuando tienes temor o ves el peligro acechando desde la copa de los árboles, desde la profundidad de los lagos e inclusive en tu hogar, para Jimin no era así, él no sabía que era el miedo.

Deberías de correr mocoso malcriado -su madre, era una mujer que no sabía sobre las palabras dulces y que por desgracia no intentaba siquiera saber cuales eran, aún así lo cuidaba de su padre. 

No -cinco años para que todos supiesen que un doncel había nacido después de tantos siglos.

¿No? -cinco años desde su nacimiento para que su madre muriera en manos del hombre que se hacía pasar por su padre. 

No -cinco años para que él, siendo un niño, lograse asesinar al hombre que su madre amaba.

No mami, no cierres los ojos -sus preciosos ojos derramaban lágrimas.

No ol-vides que... tu nom-bre  es... Pa-Park Jimin -como última palabra, Park Yon-Suk  declaró su amor y el gris de sus ojos se fue consumió por la oscuridad que la muerte llevaba. 

...

¡Jimin! suelta eso ahora mismo o después las pagarás caro maldito mocoso -no tenía miedo, por más que ese hombre tuviese el rojo carmesí de la ira en sus ojos ámbar, no poseía temor de enterrar con profundidad el sable de hierro que tenía en manos.

No -al ser sumamente pequeño era capaz de entrar en lugares imaginables, su flexibilidad  y la fuerza escondida le ayudaban a que ese ser se descuidara para que él enterrara con astucia la espada curva en el gran y fornido pecho de su padre. 

Los gritos no cesaban, las personas al llegar pensarían que ese hombre había asesinado a su madre y después por el cargo de conciencia la muerte era lo mejor, dejando a su pequeño retoño vagar en soledad por el mundo, el pequeño Jimin tenía otros planes, ir al reino de los monstruos, donde sus amigos estaban.

Al notar que la escoria debajo suyo ya no respiraba, tomó con más fuerza el sable para dejarlo caer, logrando que la cabeza saliera rodando hasta el otro cuerpo inerte, era alguien jamás visto, fuerza sobrenatural, incapaz de sentir temor, era un doncel, no... era Park Jimin. 

¡Park Jimin!

El hijo del sol                                                                                 El hijo de la luna

El hijo de las estrellas 

El hijo de la muerte y la vida                                      El dios de los dioses 

¡Su rey!