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Sung Jong se encontraba como cada mañana, preparándose para un nuevo día de clases. Aunque, especialmente ese día, no era el más grato de su vida, iniciando por ser lunes. ¿Quién adoraba los lunes? Nunca había conocido a tal persona y, mucho menos había tenido alguna excepción en su vida, como había ocurrido en el pasado con su mejor amigo, cuando aquel día era su cumpleaños.

Se colgó la mochila al hombro con el ánimo decaído y, casi arrastrándose, bajó de las escaleras hacia la sala, donde esperaría una vez mas a Ailee, impacientemente.
Para su suerte, aquel día su hermana terminó de arreglarse justo a tiempo. Sung Jong no entendía como era que las chicas tardaban tanto en arreglarse, y cada que pensaba en ello, recordaba a Min Soo siendo totalmente diferente a ello.

ㅡ ¿Se te perdió el oso de peluche al dormir? ㅡ se burló Ailee, con una sonrisa divertida en los finos labios.

Probablemente su rostro demostraba su total agonía y desespero. Sus labios estaban curvados en un puchero inconsciente que solía hacer a menudo cuando algo le molestaba, y Ailee sabía distinguirlos de los adorables pucheros cuando de persuadir se trataba.

ㅡ No estoy para bromas Ailee.

Ailee suspiró, poniéndose seria de pronto.

ㅡ ¿Es por papá?

No obtuvo respuesta.

ㅡ Sung Jong, piensa en que quizás aprender sobre empresas no sea tan mala idea. No es como si tu futuro estuviera escrito con que solo asistas. Tú tienes en claro lo que quieres, y papá no va a cambiarlo, nadie puede cambiarlo. No es el fin del mundo, Jongie.

Lo sabía, no era el fin del mundo, pero para él se acercaba a ello.

Sung Jong adoraba la música, amaba tocar el piano; que sus delgados y largos dedos hicieran contacto con las teclas, escuchar la hermosa armonía que producían, lo increíble que se podía lograr si se combinaban. Su mundo se dirigía a la música por completo, se sentía como en el cielo cada que cerraba los ojos y sus dedos se guiaban solos en cada nota, inundándolo de un placer completamente diferente a lo imaginado.

¿Por qué su padre no podía entender eso?

El señor Lee era un hombre elegante, siempre vistiendo trajes bonitos y bien combinados, con colores oscuros que resaltaban su fría personalidad. Estaba empeñado con que sus hijos serían lo mejor en todo y, uno de sus deseos que se convertían en ordenes para el menor de los Lee, era ver a Sung Jong dirigir una empresa exitosa, que su nombre se leyera en los periódicos, en la primera portada, como la empresa de Lee Jong Wan y sus famosos hijos.

Esa idea, estaba totalmente lejana a lo que Sung Jong deseaba. No quería estar en un escritorio escribiendo papeles y dando órdenes, eso no se sentía como la felicidad para él.

ㅡ Tómalo como un curso. Y aprender nunca está de más.

Ailee pasó a su lado haciendo sonar sus tacones, justo cuando el reloj en la pared apunto la hora exacta de su salida. Sung Jong le siguió a paso lento, lanzando una rápida mirada a la planta de arriba, despidiéndose con la vista de su madre que seguramente aún dormía.

...

ㅡ ¿Cómo puede ser tan malo visitar la empresa de la familia de Lee Jong Wan? ㅡ preguntó Sung Yeol.

Sung Yeol era el alto del grupo, el mas alto de todos ellos. Era pelirrojo, lo que dejaba confusa a la gente por su tez morena. Sin embargo, lo que más resaltaba en él (a parte de su evidente estatura), era su sonrisa brillante, con aquellos perfectos dientes. Lee Sung Yeol, pese a ello, era un chico extrovertido e inquieto. Sung Jong lo recordaba desde la secundaria como todo un desastre. No sabía cuando cerrar la boca en momentos críticos, sus notas no eran para nada las mejores y siempre tenía algo de que hablar, pero gracias a ello, era quien animaba con sus bromas y comentarios absurdos cuando se sentían decaídos.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2021 ⏰

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Enamorado de ti (HoJong)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora