Mouths & Fingers

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El asco de tocar aquel dedo momificado en su propia cera mortuoria se había apagado.
Se había desmallado; rendido ante el agotamiento de sus capacidades físicas y mentales tras el primer intento de su extensión de dominio, el cual, aun no estaba completo. Pero, después del incidente bajo el puente, a solas, Megumi recordó la fría porción distal del rey de las maldiciones como si aún la tuviera en la mano y a la cual, se había aferrado en sueños .

Podía sentir las articulaciones rígidas y podridas, aún entre las capas de grasa cadavérica, la uña que parecía corteza de un árbol, mugrienta, resquebrajada, dura; La piel, muerta, tiesa con surcos y brotes como un chicle, pero al mismo tiempo como una pieza de jabón...lo hacía dar arcadas al estómago recordar tan detalladamente y pensar, ¿por cuánto tiempo había sujetado el desagradable artefacto maldito entre sus manos? Simplemente no entendía como Itadori era capaz de ingerir semejante cosa con total naturalidad, incluso preguntar si podía comerlo cual pieza de sushi al tolerar al Sukuna hasta los limites donde no llegaba su conciencia.

Megumi solo olvidaba esa repulsivo acto, donde el chico de campo introducía los dedos de Sukuna en la misma boca que besaba y lamia su cuerpo al fornicarlo durante las noches.

Se derretía en sus voluminosas y toscas manos, olvidando entre el placer el indigesto, además de enorme dedo anular del cuerpo original de Sukuna.

"¿Te produzco asco Fushiguro Megumi?"—. Esa voz cavernosa hizo eco por lo bajo bien entrada la madrugada; Desde la boca que habia brotado en la mejilla del cuerpo fulminantemente dormido de Yuuji a su lado.

Esto puso en alerta al chico Zen'in, viendo como las manos sobre su cadera aun desnuda tras el coito cambiaban. Debajo de sus unlas, dos anillos negros que parecían recién tatuados rodeaban la piel y sus uñas se teñían oscuras pero, no habían crecido en garras como en ocasiones anteriores.

Pareció cámara lenta, el como la mano quedo palma arriba ante los ojos estupefactos de Fushiguro y nuevamente floreció una boca lo suficientemente grande para abarcar toda la superficie palmar. Sonriéndole, burlón, mostrando sus prominentes caninos y sacando su lengua marcada por los tribales malditos el rey de las maldiciones demostró tener el control suficiente en Itadori para hacer de él un lío.

Ahora, un ojo rojo con tinte de lascividad vigilaba al niño objeto de su obsesión desde el pómulo de su amante durmiente. paseando su pupila por la blanca piel desnuda de quien trataba de zafarse del agarre o hablaba alto para despertar a Itadori claramente tratando de mantener la calma pero el diablo sabe más por viejo que por diablo y el miedo hacia temblar la voz de Fushiguro.
Incapacitado para gritar o golpear al joven que aun dormía; ese delicioso pavor que Sukuna le causaba erizando los bellos de su nuca por la incomodidad de ser lamido en el área pélvica lo estaba dejando sin aliento.

"Shhh Shhh Shh, Vamos tu bien sabes que no se despertará"—. Hablo de nuevo el único demonio que a logrado pisar la tierra y usaba el cuerpo de la persona mas estúpida, y mas amada para Megumi con el fin de divertirse al causarle placer.
En ambas palmas,  una cavidad oral completamente funcional se había hecho presente. La dentadura de un hombre adulto, paladar y lengua.
Dos lenguas acariciando y saboreando al hechicero de las sombras, produciendo húmedos chasquidos por la cantidad de saliva que generaba el rey de las maldiciones al hacer mala praxis de su vasija.
Mordía en alternadas frecuencias la carne al interior de sus muslos, mientras los dedos lograban alcanzar y masajear los testículos de quien había enterrado los dedos en la nuca de Itadori mientras; Este seguía sin reaccionar, roncando profundamente a pesar de que la espalda de Megumi se apegaba a su pecho por los brincos que le sacaba la "travesura" de Sukuna.

Había visto morir a Itadori en manos de Sukuna, pero no le importo, cuando la boca en la mano derecha habia comenzado a engullir su glande al ritmo de la izquierda apretando y besando sus testículos hinchados y duros por el casi orgasmo.

Recordar su cuerpo caer solo le excitaba, pensando en cuan malo era por no defenderse y despertar a quien estaba siendo manipulado como un objeto sin vida, dejando que las bocas y los dedos de los cuales Sukuna habia tomado control lo hicieran vibrar y ensordecer, conteniendo sus gritos de placer pero no sus lagrimas, entre culpa y gozo.

"Alea Iacta Est"SukuFushiWeek 2021Where stories live. Discover now