Como Si Fuera Cierto(YeonBin omegaverse)

Capítulo 4

Maratón 2/3

Esa noche YeonJun durmió tan bien que se sintió mal por haberlo hecho, pero no podían ni pueden culparlo, haber estado cerca de Soobin le había causado ello.

Soobin sal de mi cabeza, porfavor

YeonJun nunca se espero que volviera a encontrarse con Soobin al día siguiente, y al siguiente y así sucesivamente, por varios días que pasaron a ser semanas.

Ambos terminaban encontrándose por casualidad que terminaban por irse juntos.

Huening iba a estar ausenté una semana, inclusive hasta más y aunque eso en cierta forma entristeció un poco a Soobin, todo rastro de tristeza parecía irse al estar al lado del alfa mayor.

Intentaba no hacerle mucho caso a su omega, quien no dejaba de repetirle que ahí estaba su alfa y que por favor lo dejará tomar el control aunque fuera solo unos momentos.

Por supuesto que Soobin no lo dejaría, sabía que si le permitía eso, tendría al alfa en medio de sus piernas besándolo y talvez también, haciendo otra cosa, porque sí, Soobin ya se había imaginado todo ello y aunque al principio le daba vergüenza mirar al mayor a los ojos por ese detalle, esa vergüenza se fue dos días después.

Habían pasado cinco días juntos, cinco días en los que Soobin le hablo a Beomgyu y Jungkook de el, cinco días en los que YeonJun también habló de el con Taehyun, cinco días en los que se la habían pasado riendo y sonriendo como nunca, cinco días en los que Soobin se dio cuenta de lo bien y cómodo que se sentía el y su omega junto al mayor, cinco días en los que se dio cuenta cuanto podía llegar a reír y sonreír por y con una sola persona, cinco días que habían sido completamente diferentes para el, cinco días en los que se dio cuenta lo mucho que quería al mayor en su vida, fueron días en los que ambos se dieron cuenta de muchísimas cosas pero sobre todo, fueron cinco días en los que YeonJun se dio cuenta de lo mucho que aún amaba a Soobin, y no sabía si sentirse jodido o afortunado por el hecho de como se estaban dando las cosas con el y más aún por recordar todo lo que habían pasado.

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—¿Vas a terminar con Huening?—. Soobin levantó su mirada y negó un poco dudoso mientras miraba a Beom. —¿Seguro?
—Deja de interrogarme—. Soobin hizo un puchero y Beom rió por ello.
—No es que te interrogue Soobin-ah pero debo admitir que te vez más feliz y hasta emocionado con YeonJun hyung, y parece que no extrañas a Kai.

El mayor de ambos suspiró para después volver a negar.

—La pasó muy bien con el, pero Huening es mi pareja y si lo extraño—. Una poca verdad en sus palabras.

—Una pareja nunca a sido un impedimento para que te guste alguien más—. Beomgyu levantó sus hombros restándole importancia y Soobin mantuvo su puchero mientras negaba.
—Aún así, no puedo hacerle eso a Huening.
—Soobinnie, no tienes porque sentirte forzado a estar con el si tú así no lo quieres de esa forma, se que piensas que talvez muchos esperamos que te quedes con Huening como tú pareja por toda la vida, pero realmente creo que la única que piensa y quiere eso es tu madre—. El nombrado suspiró, el menor de ambos tenía razón. —De mi parte, yo siempre te voy a apoyar sin importar con quién decidas estar, porque lo único que importa es que seas feliz.

Beomgyu sonrió y Soobin también, era bastante bueno tenerlo de mejor amigo.

Después de ello siguieron estudiando un poco más, hasta que Soobin tuvo que irse a su casa al ver como ya estaba oscureciendo, se despidió del menor recordándole que lo vería mañana y se fue.

En el camino se sintió un tanto extraño, sentía como si alguien lo siguiera y cuando de nueva cuenta su bici se poncho, sintió como era tomado por alguien a la fuerza, quién puso un trapo, tapando su boca y nariz, haciéndolo oler algo que olía verdaderamente mal, deteniendo todo movimiento de defensa propia. Soltó un pequeño quejido cuando sintió la fuerza con la que era empujado hacía el piso, veía todo borroso y realmente por más que quisiera no podía levantarse y salir de ahí. Volvió a quejarse bajamente en cuánto sintió como era tomado de sus muslos con fuerza, sintió pánico cuando unas manos quisieron abrir su pantalón y lo último que escucho con claridad, fueron unos golpes para después escuchar una voz conocida así como sentir aquel rico aroma.