La decisión de dejar al amor de tu vida cuando más te necesita, trae consecuencias que te dejarán marcado de por vida.
YeonJun lo sabía y aún así se arriesgo, dejando a Soobin cuando este más lo necesitaba, pensando que era lo correcto y sobre todo...
Soobin entró a su casa de manera silenciosa, notó que todo estaba apagado y eso lo hizo sentirse de cierta forma más tranquilo.
Aún así, se dirigió hacía las escaleras de la misma manera que había entrado, no quería que nadie se diera cuenta de que recién habían llegado.
—¿Soobin?—. La luz fue prendida y ahogó un gritó cuando escucho la voz de su nana, llevó su mano hacía su corazón y Yuri rió bajo por lo mismo.
—Me asustaste—. Yuri negó divertida. —Así debes tener la conciencia, de seguro—. Ambos rieron y Soobin no dudo en acercarse a ella para poder dejar un beso sobre su mejilla. —¿Mis papás? —Aún no llegan cielo, avisaron que llegarían tarde.
Ante ese dato, Soobin se sintió tranquilo, ya no tenía porque preocuparse de que lo fueran a regañar o algo por el estilo.
—¿Y Kookie? —Tu hermano tampoco todavía llega—. La mayor cruzó sus brazos mientras lo miraba. —Creo que hoy ambos se pusieron de acuerdo para ver quién llegaba más tarde primero—. Soobin rió algo apenado y negó levemente mientras desviaba la mirada, recordando donde había estado minutos antes.
Yuri notó ese aroma conocido en el y se acercó un poco más para poder verificarlo mejor, Soobin lo notó y eso hizo que se pusiera nervioso.
La mayor se sorprendió pero aún así, no pudo evitar sentirse feliz.
—Estabas con un alfa, ¿Cierto, jovencito?—. Soobin sintió sus mejillas calientes y hasta en cierta forma sintió a su lobo bajar sus orejas, pues les era inevitable no sentirse regañados, hasta cierto punto. —Soobin sabes que jamás te reclamaré o te regañaré por algo así.
Eso lo relajo, después de todo era cierto. Yuri tendía a entenderlo y escucharlo, jamás lo había regañado, ni reclamado, mucho menos juzgado y realmente agradecía mucho eso.
—Sí estaba con uno, pero no pienses mal porfavor. —Binnie eres la persona mejor portada que conozco, jamás pensaría ni pensaré mal de ti, lo sabes—. Yuri quitó los cabellos de su frente y el menor asintió, sintiéndose bien por escucharla.
Siempre iba a agradecer que Yuri estuviera en su vida y fuera su nana, aveces le gustaba imaginar como hubiera sido su vida si ella hubiera sido su mamá.
Porque sí, Yuri era la definición perfecta de una madre atenta, compresiva, amorosa y linda.
No es que Soobin no quisiera a su mamá, pero aveces era tan dura y fría con el, que el llegaba a dudar de que de verdad lo quisiera. Además de que la constante desconfianza de su omega hacia su progenitora, no lo ayudaba mucho a no dudar de ella.
Yuri abrazó al menor y ambos comenzaron a subir las escaleras, notando como enseguida de ello, Jungkook llegaba. El fuerte olor a alfa sobre el les dio a entender lo que había pasado y claro que no desaprovecharon la oportunidad de molestarlo, haciéndolo sonrojar y demás.
Yuri justo como otras veces, les dio de cenar y no perdió la oportunidad de arroparlos una vez estaban listos para dormir, haciéndolos sentir como niños pequeños, aunque eso no les molestaba para nada, pues era su amada nana la que lo hacía.
Esa noche Jungkook había decidido que dormiría con Soobin, así que ambos hermanos se encontraban acostados en la cama del más joven, jugando con la linterna del celular del mayor mientras que hacían sombras de animalitos con sus manos.
Ninguno podía dormir.
No cuando ambos sentían a sus lobos aún correr de un lado a otro en su interior, felices.
—¿Yugyeom fue delicado o rudo?—. Soobin tenía muchas dudas, y sabía que no había alguien mejor para responderlas que su hermano mayor.
Jungkook rió bajo, y mordió su propio labio intentando retener la gran sonrisa que amenazaba con salir, de solo recordar la preciosa tarde que había pasado junto a su alfa, le era inevitable no sonreír de tal forma.
—¿Te marco? —No, aún no, lo hará después de que nos graduemos, y también vendrá a pedir mi mano.
Soobin abrió sus ojos con sorpresa y Jungkook volvió a reír por ver su reacción.
—Jungkookie para tu graduación falta poco, además, mamá... —Lose—. Lo interrumpió. —Pero no me importa, yo amo a Yugyeom y el a mí, así que sin importar que diga, Yugy me marcará, nos casaremos y me iré con el, lejos de aquí.
Ante eso último, para Soobin fue inevitable no cambiar su expresión a una triste, por supuesto que se alegraba por su hermano. Pero imaginarlo lejos suyo, era algo que no quería y que en cierta forma le dolía, además de que sin Jungkook, las cosas serían aún más difíciles con su madre y eso era algo que no quería.
Jungkook siempre lo defendía y era el intermedio para que las cosas no terminarán mal, además de que se encargaba de aconsejarlo, así como de cuidarlo y demás, tal y como el lo hacía con el aún apesar de ser el menor.
Así que sí, imaginarse una vida sin Jungkook, era algo difícil.
—Sabes que no te dejaría de lado—. Jungkook busco su mano y tomó la misma mientras el menor asentia. —Tampoco quiero que te detengas por mi Kookie. —No lo haré Soo, pero no por eso quiero que pienses o sientas que me olvidaré de ti y te dejaré de lado—. El omega menor sonrió un poco mientras asentia. —Te llevaré conmigo.
Soobin volvió a tener la misma reacción que hace unos momentos atrás, Jungkook sonrió y asintió afirmando lo que había dicho.
—Pero, ¿Y Yugyeom hyung? —A el le agradas, además sabe que no podría irme tranquilo si te dejó aquí sólo Soobin, así que no te preocupes, y en cuanto a mamá, tampoco te preocupes—. Soobin suspiró, ojalá fuera tan fácil no preocuparse por su reacción. —Ya veremos que hacer, mientras a dormir.
Soobin asintió y después de que ambos se acomodarán mejor, terminaron por quedarse dormidos, con el menor abrazando al mayor, tal y como cuando eran unos niños.
Su madre entró poco después de ello y negó mientras los miraba, no le agradaba para nada que se quedarán y estuvieran de esa forma, pues para ella, ya no eran unos niños.
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