Orden del técnico! Reno de Santa

Capítulo 6: 5to día: Problemas de amor

En el quinto día de Navidad, My Alter Love me metió en problemas con My Love

"¡Shirou! ¡Shirou!"

"¿Eh?" Shirou se despertó con algo que no era aire. Caer durante lo que parecieron horas a través de un Noble Phantasm no fue tan emocionante como los primeros segundos lo hicieron parecer.

"Shirou, ¿dónde estabas?"

Shirou abrió los ojos para ver a Arturia, frunciendo el ceño mientras le sacudía el hombro para despertarlo.

"¿Arturia?" salió.

"Sí," su ceño molesto de Arturia se profundizó, obviamente muy molesto. Shirou sintió que era más como un puchero adorable. "Me desperté y te encontré desaparecida. ¡Y nadie te ha visto hoy! Estaba a punto de pedirle al Dr. Romani que le preguntara a SHEBA dónde estabas."

"Lo siento," Shirou se levantó. "Si no soñé todo, entonces Santa Alter me secuestró y me obligó a ser reno y ayudarla a entregar regalos y salvar a Illya".

"No lo hiciste, Maestro," Saber Lily se materializó a varios metros de distancia. "¡Santa Alter vino y me dio un regalo! ¿No es genial?"

Levantó un boleto dorado.

"¡Es un boleto de invocación de sirviente de caballo! Dijo que es para ayudarla a conseguir un reno y para golpear a un desagradable Grinch que posee un Lanzador", Lily levantó un boleto dorado. "Puedo conseguir algunos caballos para cepillar y cuidar!"

"Espera, ¿cómo supiste que Arturia no lo sabía?" Preguntó Shirou.

"Ella no me preguntó," respondió Saber Lily. "Estaba demasiado ocupada corriendo alrededor de Chaldea, blandiendo Excalibur a todo el mundo".

"¿En realidad?" Shirou enarcó una ceja a su amante, quien se sonrojó y miró hacia otro lado.

"Estaba preocupada, Shirou. No me dijiste dónde estabas", dijo en voz baja.

"Está bien," Shirou le dio un abrazo, simplemente disfrutando de la sensación de estar en sus brazos. "Yo también te amo, Arturia."

"Ah, um, solo, um, solo, iré a la fiesta de Navidad," Saber Lily se inquietó ante la demostración de afecto antes de salir corriendo por la puerta.

Shirou la vio irse, preguntándose qué la había molestado tanto.

"Y Shirou," Arturia se apartó un poco, su rostro enrojecido. "El otro Maestro me informó que en Japón, la Navidad era una época para las parejas. Así que quería preguntar si aceptaría tener una fiesta privada de Navidad conmigo este día".

"Claro," asintió Shirou al instante. "Me encantaría."

Miró a Arturia, sonriendo.

Y luego se dio cuenta de que Arturia estaba bien vestido. En lugar de un uniforme caldeo o una de las prendas que había traído de Avalon, llevaba un vestido azul oscuro muy atractivo con lana de piel blanca en los bordes y un simple cinturón marrón que enfatizaba su cintura. Con sus hombros esculpidos al descubierto, brazaletes mullidos en los brazos y calcetines largos, calcetines plateados que envuelven cómodamente sus piernas hasta justo por encima de las rodillas. Pero el verdadero truco para Shirou fue la gargantilla de campana y el adorable gorro azul de Navidad en su cabeza.

La garganta seca de Shirou tragó saliva. Ella era hermosa. Demasiado hermosa para este mundo. Y ella era suya.

"¿Qué pasa, Shirou?" Preguntó Arturia mientras el silencio se prolongaba.