Prefazione

412 18 0
                                    

-¿Puede darme un vaso de lo mas fuerte que tenga?-Dijo el chico de cabello rizado esperando a que el camarero le diese la bebida mientras marcaba una melodía con sus dedos en la barra de madera que los separaba.

-Aquí las bebidas no hacen olvidar.-Dijo este mientras limpiaba una jarra de cristal.

-Entonces que me recomienda.-Dijo el chico de cabello rizado levantando una ceja interrogante.

-Que contrate a una chica.-Hizo una leve pausa.- Ya sabe una noche no viene nada mal.

-No soy esa clase de hombre.-Dijo el rizado con asombro.

-Lo será.-Otra pausa.-Sobre todo si contrata a Carmen.

-¿Carmen?-Preguntó el rizado inocente riéndose de la situación.

-La mejor entre sus iguales.-Dijo el camarero como si hablase de una diosa griega.

-Wow, ya veo.-Dijo el muchacho sin prestarle atención.

-Quedese al espectáculo señor. Está comenzando.-Tras eso las luces se apagaron y focos se encendieron al igual que las llamas de los hombres pervertidos que estaban para ver allí a las muchachas. Los silbidos se escuchaban por el local y el rizado embobado por tal escena se quedó para ver lo que ocurriría a continuación.

Las muchachas empezaron  a salir y los hombre cogían a cada una despues de su respectivo baile. Cuando la canción estaba por acabar salió Carmen, llenando el local de silbidos gracias a su presencia pero a diferencia de las otras muchachas comenzaron a pujar por ella. El rizado contemplaba la escena y miraba a la chica con descaro.

-Oh Carmen.-Dijo el rizado antes de irse.

Ella les da mariposas, pero demasiadas mentiras
Ella sonríe como Dios, su mente es como un diamante
Cómprala esta noche que todavía esta rozagantote
Como un relámpago.

Carmen |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora