Una noticia más

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¿Por qué todo tenía que terminar así? Si tan solo le hubiera hecho caso a mamá, ella me lo dijo "Salí antes de que caiga el sol, la noche es peligrosa y más para nosotras. No sabes con que desquiciado te podes encontrar" Pero yo no le hice caso, iba a ir sólo al quiosco de la esquina a comprar unas cosas, no me iba a pasar nada, o bueno, eso creí

Iba tranquila, pensando en todo lo que tenía que hacer para el colegio, eran demasiadas cosas y seguro no iba a llegar. De repente sentí que alguien me miraba, no quería ser paranoica y darme vuelta, así que seguí, pero lo sentí de nuevo y no me contuve, al girarme no había nadie más que un viejo hombre sentado en la puerta de una casa. Me tranquilicé, hasta que un rodillazo en el estómago me dejo en el piso, no alcancé a levantarme que enseguida sentí algo en mi boca, algo que me adormeció. Intenté zafarme pero era inútil, ella o él era mucho más fuerte que yo. "Callate y no te enloquezcas, ser agresiva no te va a servir para nada" Y me dormí.

Desde que desperté que estoy inmóvil, pensativa, ya me cansé de gritar, no tengo energía para nada. En cambio mi secuestrador sí, escuché sus pasos todo este tiempo, anduvo de acá para allá apuradísimo haciendo quién sabe qué. Cada tanto enredaba un poco más la soga por mis brazos, de más está decir que no era muy sutil. Sentí una luz fuerte en mis ojos, me dolió abrirlos, ya ni recordaba cómo hacerlo. Y ahí estaba él. Era notable que no sintiera culpabilidad alguna por lo que estaba haciendo, tenía una mirada muy fuerte que te hacía pensar que en cualquier momento te iba a meter un hachazo, una sonrisa con malicia y magia negra a la misma vez. Estuvo unos segundos mirándome fijamente, hasta que preguntó "¿Qué hacía una mujercita con tal belleza sola en medio de la noche? Vestida de esa manera supongo que sabrías que esto te pasaría. Parece que la bendición de tu mamá no sirvió esta vez" No dije nada, me limite a mirarlo, él siguió, pero antes bebió un gran trago de lo que parecía whisky; "¿Te comieron la lengua los ratones? ¿Ahora la señorita no puede hablar? Quedate tranquila que yo sí. Se muchas cosas de vos. Sé a qué escuela vas, que tus padres no son argentinos; Y por último, que necesitas que alguien te dé un besito en la frente antes de dormir." Sentí un escalofrío por mi espalda, no entendía cómo es que sabía todo de mí, si nunca lo había conocido, nunca nos habíamos cruzado. Además ni si quiera tenía redes sociales, me lo prohibían porque según mamá era chica para esas cosas, ahora que lo pienso tenía razón.

Aquel hombre rubio y de ojos claros, seguía hablando, pero dejé de prestarle atención cuando dijo por octava o doceava vez que me iba matar, que no me iban a encontrar más y que no me reconocerían de todas las veces que me cortaría. Comenzó a explicarme como sería mi muerte, dijo que sería como una cirugía pero más trágica, ya había formulado un plan estratégico para que nadie sospechara, me comentó algo sobre una extracción, pero el dolor de mi cabeza no me dejó escucharlo. La limpieza también la tenía cubierta, todo sería lavado con lavandina, por otro lado mi cuerpo solo lo pensaba enterrar, "Luego", pronunció alto para que lo escuchara "llamaré a la gente de emergencia y diré que vengan, después escaparé. Escribiré todo lo que te hice solo para que sufra un poco más tu familia, ¿Te parece? Lo haré igual aunque no te parezca." Mientras decía todo aquello me asfixiaba un poco más. En esos momentos me preguntaba para que nacemos, si desde el principio sabemos que por el simple hecho de ser mujer vamos a estar condenadas a pasar por situaciones horribles, el no podemos salir a la calle sin dejar de sentir miedo de que nos digan cosas, que nos secuestren o simplemente sentirnos inseguras, que nos traten mal y que crean que solo por ser mujer pueden hacer lo que quieran con nosotras.

La falta de aire empezó aobstruir mis pensamientos. Sabía que en breve segundos ya no existiría y solosería, una noticia más.

MicrorrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora