Lágrimas

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Después de llorar un buen rato, Tsukiku tomó una profunda bocanada de aire y volvió a colgarse su mochila al hombro.

No quería que la vieran así, por lo que rodeó la casa hasta treparse a un árbol que tenía una rama gruesa que estaba a dos metros del balcón de una habitación de invitados. La usaba todo el tiempo para escaparse o bien escabullirse a escondidas sin que sus padres se dieran cuenta desde pequeña.

Entró a escondidas a su casa, lo más silenciosamente posible, y fue al baño de la habitación para lavarse la cara.

Desató sus dos coletas y las volvió a atar y, luego de media hora, se vio más normal y fue hasta el árbol otra vez, saltando desde el balcón hasta la rama y bajando para ir hasta la puerta principal.

Abrió, sin decir nada, encontrando a su padre dormido en el sofá.

Se acercó a él con una mirada triste. Quería abrazarlo y decirle muchas cosas, pero eso iría en contra del plan que estaba comenzando a armar, así que solo le dio un beso en la mejilla y se marchó su habitación.

Dejó su bolso y se cambió de ropa, luego bajó a la cocina para buscar agua justo a tiempo para ver a Hanaki retirar una olla del fuego y apagar la hornalla.

—¡Querida! —Se sorprendió al verla—. No te oí llegar… Eh, prepare la cena para ti y tu papá. Yo me iré ahora.

—Oh, gracias, Hanaki.

—No es nada, linda. Ojalá les guste. —Sin más que decir, se marchó de la casa.

Tsukiku la miró con ojos entrecerrados. Hanaki era agradable, pero nunca le gustó saber que obviamente estaba enamorada de su padre, pero ahora que sabía que su madre si los abandonó…

Bufó, decidiendo tomar su vaso de agua y luego servirse la comida que preparó, yendo a comer a su habitación.

Decidió no enfrentar a su padre ese día y le dejó una nota diciéndole de la comida de Hanaki. Entonces se encerró en su habitación y cuando él se despertó y fue a golpear su puerta se hizo la dormida.

Al día siguiente él quiso hablarle, pero Tsukiku puso la excusa de que había prometido ir temprano a su club y se marchó corriendo.

No pudo concentrarse en la escuela, y en cambio se concentró en su plan. Le mandó mensajes a sus amigos y los citó en el parque, y después de clase fue directo a encontrarse con ellos.

Les contó lo que había escuchado, que su madre estaba viva y trabajando en el castillo de Osaka, y que había discutido horriblemente con su padre sin mostrar arrepentimiento.

—No me lo creo. —Ruchiru, hijo de su difunta tía Ruri (idéntico a su padre Chrome pero con los ojos de su madre) y por tanto sobrino sanguíneo de Kohaku, negó con la cabeza—. Mi tía no es así, ella nunca haría algo como eso.

—Parece bastante evidente que sí lo hizo —señaló Haishi, hijo de Tsukasa y Minami, idéntico a su padre pero de cabello corto—. Aunque debe tener un motivo…

—Pero esto es inexcusable. —Umi (hija de Ukyo, de ojos verdes y cabello blanco rizado) estaba con los ojos llenos de lágrimas, con una mano sobre su boca—. Es algo horrible. No puedo creer que de verdad… —se interrumpió, cerrando los ojos dolorosamente.

You Lost MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora