Descuido Laboral

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Temprano por la mañana. Con el sol recién saliendo a través de las espesas nubes provenientes del este, Yotsuba se encontraba en la cafetería Nakano, propiedad de sus hermanas. Viendo desde afuera, mientras notaba la abismal brecha de tiempo en el cual no había podido realizar prácticamente ninguna actividad relacionada a los deportes, Yotsuba simplemente sonrió. 

Siendo que siempre se trataba de Nino y Miku sobre el cuidado y mantención del local, el haber estado trabajando arduamente por tantos años, Yotsuba podía darse la libertad de sonreír ante tal éxito de su familia. Aún si la desigualdad y los males rondaban cerca y por encima de su propia familia, la cafetería que tanto imaginó en su tiempo, abierta y llena de clientes, ahora era un sueño hecho realidad. El esfuerzo, los sacrificios, las penurias... todo aquello que tanto las había complementado como hermanas inseparables, ahora no era más que simples fragmentos hechos trizas; y ante el escenario, a pesar de tener la intención de aliviar siquiera un poco de la lucha que llevaban desde hacia tiempo, Yotsuba no podía hacer nada más que abrir el local y preparar las mesas para el público. 

Aún si ella era el desastre de la familia, aquella integrante que nunca logró florecer, y que solo se centró en sueños egoístas, la felicidad en sus hermanas era algo indispensable que nunca podía reemplazar con nada. Incluso, aún si las demás no pensaban en la supuesta inutilidad que ella misma se autodenominaba, con aquellos recuerdos juveniles, aquellos en donde solo era una pequeña adolescente sin experiencia en el amor, ¿Realmente valía la pena tanto esfuerzo nulo? Sin importar los años que pasasen, ¿Qué era exactamente lo que realmente quería llevar a apreciar, a valorar?

Con un despertar de los transeúntes, incluso si era la equivocada, aquellos vecinos de toda la vida de Miku y Nino, ahora mismo la saludaban amablemente... una mera confusión por la similitud que tenía con Nino en el corte de cabello. 

- Buenos días, Nakano-san. Hoy también es un buen día para trabajar.

- Sí. Hoy también daré lo mejor de mí.

- Nakano-san, nunca cambie. Es la mejor de la zona.

- Gracias.

-¿Hmm? Nakano-san, ¿Hoy se encuentra sin su hermana? Usualmente suele estar con ella en la apertura.

- Eh-sí. Últimamente Miku se ha estado despertando tarde, pero no hay por que preocuparse. Su salud está perfecta, además, siempre llega a tiempo para recibir a los clientes. Lo más seguro es que se esté tomando un pequeño descanso para estar más activa durante el día. 

- Eh~ Es bueno oírlo. 

- ¡Sí!

Pasando las horas, llegando de un momento a otro ya al final del día, Miku nunca se presentó. La extrañeza de Yotsuba ante incomprensible descuido por el lado de su hermana, ¿realmente se encontraba bien? Siendo que el local había estado abierto al público por años, casi sin vacaciones por la alta demanda y popularidad que habían ganado gracias a su hermana mayor, Ichika, tampoco era raro pensar que Miku se estuviera tomando siquiera un día de descanso para volver con más ánimos a su trabajo. Sin embargo, ¿Por qué no avisarle a Yotsuba? 

Limpiando las mesas, recordando a cada uno de los clientes preguntando por su hermana, la preocupación cada vez aumentaba. Eran ocasiones que sucedían, ¿no? Cubriendo cada puesto eficientemente hasta llegar al final del período había resultado en un completo agotamiento físico, pero el trabajo estaba hecho. La satisfacción de haber completado la jornada laboral con falta de personal era todo un logro después de hacia tiempo. Y mientras se secaba la frente con uno de los pañuelos desechables que pudo encontrar en una de las mesas, Yotsuba comenzó con los preparativos para el cierre del local. 

El Final De Una Indecisión [Go-toubun No Hanayome]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora