Will XVIII

771 57 36
                                    

Despertó en una cafetería ¿Es en serio? Se pregunto a si mismo. Estaba muriendo y aparecía mágicamente en una cafetería.

 Una mesera se acerco con una orden y la dejo frente a él. Vaya, al menos iba a morir luego de tomarse un café con waffles.

—Prefiero los panqueques.—Dijo una voz conocida.

 Frente a él se encontraba Apolo, su padre. Había tomado una apariencia de un tipo de treinta años, una barba rubia le cubría parte de la cara. Se parecía al actor de Thor, o a Brad Pitt pero eso no le importo mucho a Will.

 La pregunta del millón era ¿Qué hacía Apolo ahí? Alaska era un territorio más allá de los dioses.

—Tu amiga me ha llamado.—Respondió como si le leyera la mente.

 ¿Amiga? Por lo que Will sabía, Thea no era su amiga, y Reyna solo era una conocida bastante agradable. Tal vez Apolo se había equivocado y quiso decir amigo.

—Tienes veneno en tu cuerpo.—Le explico Apolo.—No puedo ayudarte, es territorio más allá de los dioses, no puedo curarte ni bajar a dar algún antídoto ¿lo entiendes, verdad?

 Will asintió. Sutil forma de decirle que iba a morir.

—Bien.—Apolo ladeo la cabeza.—Como soy un dios súper genial, busque otra forma de ayudarte. El veneno que corre por tus venas no te matará, solo te causa un dolor extremadamente fuerte. Veneno de manticora, nunca me han gustado esas criaturas.

—¿Ósea que viviré?—Inquirió y su voz sonó como la de un niño pequeño.

—Si, pero debes seguir lo que yo te digo. Cuando desaparezca, di “veneno de manticora” tantas veces como puedas. Los semidioses suelen hablar dormidos y reza que funcione. Si alguno llega a escucharte podrán ayudarte.

—Gracias, padre.

 Apolo empezó a brillar y finalmente desapareció.

 Comenzó a decir “veneno de manticora” como su padre lo había indicado hasta que todo volvió a oscurecerse, y rezo a todos los dioses para que sea del porcentaje de semidioses que hablaban dormidos.

 Cuando realmente despertó, la cueva solo estaba iluminada por dos antorchas. Se removió en su lugar, y notó que estaba tapado con ¿una manta? No, con una campera.

 Trato de mover sus piernas para levantarse pero algo, o más bien, alguien se lo impedía. Parpadeo varias veces. Nico se encontraba durmiendo sobre ellas, acurrucado. Will sonrió ante el acto de su amigo.

 Nico se removió, Will lo había despertado cuando intento levantarse. El hijo de Hades bostezo y se froto los ojos.

—Will, quédate quieto y déjame dormir.—Murmuro con la voz ronca, volviéndose a acomodar sobre sus piernas.

La profecía de Nico di Angelo: La venganza de la diosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora