Yamaguchi fue el primero al levantarse de toda la familia, todavía era bastante temprano como se podía ver, además tenía muchísimo frío por algunas de las ventanas que estaban abiertas. Cuando volteó visualizó a su querido amigo durmiendo plácidamente.
A veces se imaginaba un futuro de ellos dos siendo grandes y muy buenos amigos, a Yamaguchi le gustaba su amigo, era bastante lindo, atento y algo torpe, pero eso le hacía que se encariñara más con él, sonreía cada vez que pasaban el tiempo juntos, cada vez que hacían todas las cosas juntos e incluso llegaba a sonrojarse demasiado estando a su lado.
Antes de conocerse y hablarse, sí se había fijado en Tsukishima, le quería hablar porque le parecía buena onda pero no se animaba, aun por más de que los otros alumnos dijeran bastantes cosas malas sobre él, no le prestaba atención, quería hablarle y que sean amigos. Bendiga el malditos proyecto que lo unió.
Se estaban volviendo muy amigos al pasar del tiempo, eso hacía feliz a los dos ya que justamente ese era su propio objetivo para que al seguir creciendo, lo hagan juntos. Adoraban sentir ese cariño y protección del otro, les hacía bien sentir que ellos dos iban a durar como amigos muchísimo más tiempo aunque sepan que algún día van a tener que separarse o a tener demasiados inconvenientes como típico de cualquier relación amistosa, pero no le querían poner atención a eso ya que se sentían bien a como estaban ahora y no querían arruinarlo tan temprano.
— ¿Tsuki? ¿Estás despierto? No me quiero levantar si aún estás dormido, que vergüenza. —movió despacito el brazo del mayor mientras lo miraba con atención.
— Acá estoy. ¿Por qué la vergüenza?
—Porque va a estar muy seguramente tu familia despierta y no sé interactuar con ellos. Ven, vamos a lavarnos la cara.
Le agarró la mano y con mucho esfuerzo lo levanto para ya llevárselo al baño, que niño más duro era para levantarse a decir verdad. Agarraron sus cepillos que estaban en un mismo vasito y empezaron a lavarse los dientes con demasiada pereza, pero a su vez, jugaban tirándose un poco de agua y empujandose.
Después de unas cuantas horas, terminaron de hacer todo lo posible en esa casa, estaban agotadisimos, tanto que el rubio se dormía.
— ¡Tsuuki! Terushima me pidió que le llevaras un... —trató de recordar que le había dicho su amigo, pero no le llegó nada la mente.
Posó su barbilla en la palma de su mano haciendo un pequeño bulto con sus labios estando pensativo.
Eso al rubio se le hizo bastante tierno y bonito, admiraba como se veía.
— ¡Un libro que te prestó! Ahí está, un libro que él te dió hace un mes y nunca se lo devolviste.
— Mañana vamos juntos y se lo devolvemos.
— Mañana es... mañana es domingo, Tsukki.
El nombrado rodó los ojos y cambió de planes para hacerlo el lunes. Este agarró la mano del más pequeño y lo llevó hasta a su habitación para jugar un poco, se les veía aburridos al no saber de que hablar o hacer.
Una vez llegaron y entraron, el pecoso se sentó con cuidado en la cama del rubio para después echarse para atrás y disfrutar de lo cómoda que era, al rato de de unos segundos, el contrario hizo lo mismo quedándose los dos mirando al techo la mayoría con figuras o pósters. ¿Cómo llegaron allá?
Después de estar un corto tiempo mirando al techo, empezaron a preguntarse cosas mutuamente, cosas sencillas y normales que todos hacen.
— Tsukki. ¿Qué pasaría si nosotros llegamos a la adolescencia? ¿Seguiríamos siendo amigos? ¿Seguiríamos estando juntos? —sus lágrimas amenazaban con salir al pensar que después no se verían más.
— Yams, nosotros vamos a seguir siendo amigos pase lo que pase, con toda la sinceridad del mundo te lo estoy diciendo. Nadie nos va a separar y por más que cueste permanecer juntos, nosotros lo vamos a lograr, tengo toda la fé puesta en vos. Me gustas como mi mejor amigo.
Así al terminar de hablar, el pecoso se abalanzó hacia el rubio y lo abrazó dándole unos pequeños besitos repetidos en su cabeza mientras que el contrario no hacía más que sonrojarse y sonreír correspondiendo el abrazo, estaba tan contento de tenerlo ahora mismo como amigo.
— ¡Tsukki me gusta mucho!
Dijo con un tono de felicidad mientras sonreía en grande, estaba orgulloso de tener a alguien como el rubio. Por más de que fueran pequeños y menor de edad, eran bastantes maduros para lo que son, ambos sabían exactamente lo que sentían, excepto una cosa.
— También me gustas, Yamaguchi.
Al finalizar el día, la mamá del de lentes llevó junto a su hijo al pecoso a su casa, estaba más que claro que nunca lo dejaría solo.
La madre lo recibió con tanta alegría que no lo dejó de abrazar por unos 14 minutos, estaban peleados, pero eso no quita el amor inmenso que se tenían.
— ¡Mi vida, te extrañé muchísimo! Perdón por esa pelea estúpida, no estaba en condiciones. —dejó repetidos besos en las mejillas del pecoso mientras que los otros miraban la escena con algo de ternura e incomodidad.
— Lo sé, te perdono.
Una vez dicho eso, amabas familias se despidieron y entraron a sus respectivas casas con una pequeña sonrisa formada en sus rostros.
Y así pasaron los días, semanas, meses y hasta unos cuantos años más.
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strawberry ;; tsukiyama.
FanfictionTsukishima tenía unos cuantos sentimientos hacia su pequeño amigo, pero lo iría descubriendo al pasar de los años. Haikyū!! es una serie de manga escrita e ilustrada por Haruichi Furudate.