Todas las mejores amigas mantienen ciertas reglas, por ejemplo la mía y yo tenemos tres reglas de oro.
▪Primero: Siempre estar una para la otra y no darse la espalda cuando una de las dos se necesiten.
▪Segundo: Nunca pelearse por un hombre y si él...
Eso era lo que necesitaba yo... pero cada vez que alguien quería ser parte de mí yo la cagaba.
La mayoría de las personas tienen la estúpida creencia que una amistad nace en el momento menos oportuno, supuestamente, una de las dos partes debe de estar en algún aprieto para que la otra parte llegue a salvarla, pero, ¿qué pasaría si dijera que una amistad nació después de romper una nariz, aruñar el rostro a alguien y para finalizar terminar como pordioseras?, por que sí, terminar con la ropa llena de lodo, hojas de los árboles, mordeduras y hasta un pedazo de chicle, hizo que comience mi gran amistad.
Aunque... creo que el maldito chicle fue el sello de todo, lo tomaría como el sello de una gran amistad.
En fin, para que todos entiendan de qué mierda hablo, creo (lo cuál también es razonable) que deba relatar los hechos que me llevaron a conocer a la famosa Charlotte Torres.
A la desgraciada la conocí en octavo año del colegio "Dolores Sucre", el cuál era conocido por ser un instituto exclusivo para señoritas, los hombres no podían estudiar ahí, aunque en la actualidad si lo pueden hacer, pero eso es otro cuento chino, a lo que voy es que el día que era la selección de cursos, por error.
<enserio fue un maldito error>
Tropecé con ella, aquello provocó que ella cayera de culo, pero eso no fue todo, no, claro que no, lo que remató fue que ese día amaneció lloviendo, lo cuál era de verse venir, al vivir en Ecuador y ser más específicos en Guayaquil, para los meses de Enero en adelante comenzaba a llover y aquello provocaba inundaciones, por lo cual ese día no fue la excepción.
Charlotte había caído en un charco de agua sucia, pero ahí no termina la situación y ahora que lo pienso detenidamente, es que si me hubiera sucedido a mí, yo sin dudarlo cometía suicidio o me retiraba del colegio, no me importaba no haber pasado ni un maldito día ahí, por como comentaba, el colegio se destacaba por mantener el apodo a sus alumnas como "las blancas palomas", y no, no es porque las chicas fueran unas santas de devoción o que sean la reencarnación de la Virgen María.
¡No señores!, se debe a que el uniforme escolar se destacaba por ser puramente blanco y en los hombros mantener una especie de hombrera que sobresalía del vestido, haciendo ímpetu a dos alas; por lo cuál, en el momento que la chica se levantó del charco de agua, se vio totalmente ridiculizada, al dejar ver su ropa interior de las chicas superpoderosas, en mi defensa, yo no tenía la culpa de que se vea su ropa interior, ella debió saber que al ser un vestido blanco, tendría que haber usado una licra pequeña para evitar accidentes, o sea, acepto que tropecé al ir corriendo hacia mis padres que me llamaban para despedirse de mí, sin embargo yo no sabía que ese día me ganaría una enemiga mortal.
