El oráculo

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Su padre siempre le dijo que el destino le tenía preparada una importante misión para él y siempre le creyó.

Era un día caluroso y por fin, después de varias horas esperando bajo el sol abrasador, le tocó el turno para entrar a la cueva del oráculo.

—¿Cuál es su pregunta, ciudadano? —cuestionó el oráculo cuando llegó al centro de la cueva.

No veía a nadie, pero la voz que escuchó fue potente y amenazadora.

—¿Cuándo empezará mi misión?

Tras unos segundos de silencio la voz respondió:

—¡JAMÁS!

Un viento fuerte se levantó dentro de la cueva invitándole a salir.

Decepción era todo lo que sentía. Su padre se equivocaba. Su misión sería siempre ayudar en el negocio familiar. Porque como todo el mundo sabe, los oráculos nunca se equivocan.

Cabizbajo puso rumbo a su pequeño hogar cuando algo cayó sobre su cabeza. Vio cómo lo que le había golpeado rodaba y quedaba oculto tras un matorral antes de perder el conocimiento

Una vez despierto encontró una gran gema tras las plantas. Eso le había golpeado, pero ¿qué era? ¿Qué significaba aquello?

¿Sería ese el principio de su misión? ¿El oráculo se había equivocado?

Como queriendo responder a sus interrogantes unos cascos de caballo empezaron a oírse a lo lejos.

Como queriendo responder a sus interrogantes unos cascos de caballo empezaron a oírse a lo lejos

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¡Y este es mi relato! La palabra que me salió fue decepción.

Antología de relatos #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora