En esta gélida noche no sabes cuánta falta me haces en mi cama. Sin ti muero congelada, mis sábanas ya no aterciopelan mi desnudez, ya no abrigan, ya no dan calor. Quiero volver a ver tu cuerpo extendido al lado del mío, poder mirarte y con tan solo una mirada poder atravesar tus pupilas y saber aquello en que estás pensando, saber que quieres besarme porque muerdes tu labio inferior, mientras estás rozando la yema del dedo corazón sobre mi brazo, deslizándolo hacia el cuello y bajando por el pecho. Mi piel se eriza con solo imaginar lo que podría pasar. Te das cuenta de mi reacción e inspiras nervioso, te acercas poco a poco hasta que intensamente nuestros labios se tocan. En ese mismo instante la temperatura sube y nuestros cuerpos se funden, nos convertimos en un solo ser. El tiempo se detiene, todo se hace oscuro, es nuestra noche, esa que no olvidarás y no podrás volver a vivir.
Entonces mi cuerpo grita en silencio tu nombre, mi cuerpo te espera esta noche, la lujuria que siento es incontrolable.