Ojala no despertara nunca, que los sueños que tengo cada noche sean eternos. Hoy he vuelto a soñar con él, le echo muchísimo de menos, le necesito, me ayudaría cuando estoy mal, él era una gran razón por la que cada día me levantara. Pero ahora todo me recuerda a él, las calles, las esquinas, los parques… todo, absolutamente todo. Es difícil quitarse de la cabeza a una persona que me ha hecho tan feliz, que me ha hecho pasar momentos inolvidables. Todas las noches pienso en ese rostro tan definido, sus ojos marrones que me hacían adentrarme en el paraíso, me hacía sentir cosas increíbles, pero ahora todo eso ha desaparecido, se ha quedado en el pasado. Cada día me pregunto si aún sentirá algo por mí, si él también se pasa las noches pensando en todos nuestros recuerdos, si ha derramado alguna lágrima. Nunca lo sabré, solo sé que todo esto me está costando muchísimo. Ahora se porque dicen que la adolescencia es la etapa más dura, te das cuenta de toda la realidad, pasas de vivir en un mundo de colores a vivir en un mundo en blanco y negro. Empiezas a juzgarte a ti misma, a ver tus defectos, que esto puede llegar a problemas psicológicos de los cuales es difícil salir, porque estamos rodeados de revistas de moda en que las chicas que salen en la fotos están flaquísimas, y a veces piensas que ya te gustaría estar así, pero en realidad cada persona es bella tal y como es, no todo es el físico. Porque es mejor tener a alguien que te quiera de verdad que se preocupe por ti, que no a alguien con un físico perfecto pero que pase completamente de ti.
Necesito alguien que me quiera, que se preocupe de mí, que no le importe mi pasado y que vea conmigo un futuro. Quiero volver a tener confianza en alguien, saber que no me van a defraudar, porque siempre me han prometido cosas que después han roto, y a la vez han estado rompiendo poco a poco mi corazón.
