Calor Veraniego

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Los Pokémon situados en este one-shot tienen complexiones antropomórficas.

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El vigor con el cual masticaba el pastelillo que tenía en la boca era una simple traducción de su sentimiento actual; el rítmico y estridente clímax de la obra en piano llegaba a su fin con el acelerado arpegio que resonaba desde sus audífonos. Una y otra vez había repetido el archivo de audio con esa composición musical, y ni una vez era capaz de perder el fulgor que emanaban sus ojos llegados al final de esta.

La última nota que daba cierre a la obra resonaba por el aire, vibrando en la misma frecuencia y cargando el peso de la magnífica composición que se acababa de explayar.

El chico, portando una muy vistosa sonrisa, se acomodó los anteojos: su lugar se había movido debido al constante retumbar de la maquinaria en la que viajaba con destino fijo.

El metro no se encontraba del todo atiborrado por pasajeros, y dado el tiempo del ocaso que ahora transcurría, le resultaba un tanto particular. No obstante, no quedaba de otra más que agradecer a este cambio de eventos en la cotidianidad al disfrutar de ese dulce golpe de azúcar con el cual el aperitivo inundaba su boca.

Antes de sacar su celular para buscar otra pieza musical que escuchar, el Kirlia se percató de un singular sonido que penetraba incluso tras sus auriculares. Se trataba del simple pero perceptible pitido que producía el altoparlante de la cabina cuando se acercaban a una estación.

Divisando las letras que recorrían una pantalla en la parte superior de la pared con puerta hacia otro vagón del metro, pudo darse cuenta de que la siguiente parada era en la que se necesitaba bajar.

Sería la calma que le transmitía la luz anaranjada filtrándose por las ventanas, o quizá el ambiente tan calmado que había por la falta de gente que, tomando todo en cuenta, era mucho más evidente cuando lo normal era todo lo contrario. De cierta forma, este contraste era una especie de defamiliarización que sacaba a relucir el ambiente de paz que podía otorgar un lugar como ese. En todo caso, se vio algo decepcionado por lo rápido que se le hizo el viaje, algo que nunca se había planteado considerar.

En cuanto el metal dejó de rechinar y la máquina cesó, las puertas corredizas del vagón dieron la invitación a los pasajeros de finalizar su viaje.

Tomando iniciativa, el Kirlia sujetó su bolso escolar, ajustando la agarradera contra su pecho y sintiendo el cuero con sus dedos al ponerlo en lugar. Unos cuantos pasos después ya estaba afuera, y una decena más faltaron para que se encontrara en el centro del bullicio que irrumpía en la estación. Una centena y las escaleras para salir del perímetro donde se aguardaba el edificio quedaron detrás de él, encaminado por las serenas calles en la tarde con rumbo fijo a su campus escolar.

Verano era la época del año, y considerando todo, los eventos que desencadenaron que ahora se encontrase durmiendo bajo el mismo techo en el que tuvo que dormir por la duración de ya tres semestres era algo en lo que no quería pensar del todo ahora.

La entrevista para trabajo finalizó en una nota algo optimista, ahora solo le quedaba regresar al dormitorio para seguir con sus estudios a la espera de lo que se avecinara.

No era que fuera un mal estudiante ni mucho menos, tan solo se encontraba encerrado este verano en el campus con un puñado de otros compañeros por la mala decisión de participar en actividades que no rindieron del todo a la larga. Un viaje estudiantil con un grupo de conocidos para investigar formaciones marinas que no llevó a nada por improvisos. Ahora solo quedaba estar en el campus para seguir con investigaciones aburridas.

Un Dormitorio Sin Calefacción - Pokémon Oneshot [Yaoi] [Kirlia x Vulpix Alola]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora