Secuela de MOVING ON
Kamille Ali se consideraba afortunada por poder encontrar una segunda familia en un mundo que constantemente le robaba. Encontró una segunda madre, encontró a una chica a la que amaba mucho y finalmente había aprendido la verdad...
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Los gusanos de goma no eran algo que Kamille comiera regularmente antes del apocalipsis, y definitivamente no era algo que pensara que encontraría durante el apocalipsis. Pero esta parada de camiones estaba repleta de comida y refrigerios, así que cuando decidió que no tenía tanta hambre a la hora de la cena, se instaló en la esquina de los estantes con un paquete de gusanos de goma y una lámpara para iluminar el pequeño esquina de la tienda oscura.
Estaba cada vez más cansada, el día parecía prolongarse durante mucho tiempo, pero su preocupación por Mía la mantenía despierta. No ayudó que los gusanos de goma le recordaran a la niña, ya que le habrían encantado los dulces como a cualquier niño.
Kamille recurrió a masticar los gusanos de goma mientras miraba fijamente el estante abastecido que tenía delante. Perderse en sus pensamientos era cada vez más fácil hoy en día; solo esperaba quedarse dormida.
Había revisado a todos antes, sabiendo que Luciana estaba descansando y que John y June estaban pasando un tiempo a solas entre ellos. Al estaba revisando imágenes de ese mismo día, demasiada distraída para hablar, y Alicia todavía estaba afuera distrayéndose matando infectados. Morgan había intentado controlarla no hace mucho tiempo, pero cuando regresó luciendo harto, Kamille supo que no había ido tan bien.
No estaba segura de qué hacer o decirle a Alicia en este momento. Todo lo que había sucedido, todo por lo que habían trabajado había sido una mentira. Y aunque a Kamille le molestaba que hubieran jugado, sabía que lo superaría. Sin embargo, Alicia era diferente. Esta era su segunda oportunidad y ahora estaba arruinada. Al menos eso es lo que ella pensaba.
Cuando Kamille agarró otro gusano de goma, escuchó pasos que se acercaban a ella y finalmente miró hacia arriba para ver, para su mayor sorpresa, a Alicia. Se inclinó y se sentó junto a Kamille, apoyándose contra el estante y estirando las piernas delante de ella.
Kamille miró hacia otro lado y no supo qué decir, notando la falta de palabras de la castaña. Entonces, le ofreció el paquete de dulces a Alicia y sacudió la bolsa ligeramente.
"¿Quieres un dulce?". Preguntó, levantando una ceja.
Alicia frunció los labios y sus ojos nerviosos se posaron en los de Kamille. Después de un momento de deliberación, aceptó la oferta y sacó un gusano de goma.
"Gracias". Murmuró, antes de distraerse masticándolo.
"Cuando quieras". Dijo Kamille sin mucho entusiasmo, antes de suspirar y mirar hacia delante de nuevo, con ojos cada vez más cansados.
Había silencio entre ellas mientras masticaban sus gusanos de goma. Al menos hasta que Alicia intentó disculparse.
"Kam, lo siento por lo de antes".
"No necesitamos hablar de eso". Dijo Kamille, sacudiendo la cabeza. "Está bien".
