II

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"¡Taehyung!, ¿Quieres venir a ayudarme?"

La madre de Taehyung gritó, su mano derecha pasó delicadamente por su frente sudada, quitando un poco aquel sudor.
Ella junto con YoonGi y Jennie plantaban una que otra flor para darle un poco de vida a la zona.

"Seguro, ahora bajo" Musito el menor mientras sostenía su taza de chocolate caliente.

"¡Atrás de la casa hay un invernadero!,¡cultivamos algunas verduras!, podrías ir a regarles un poco de agua y de paso regar estas sencillas, habrán tomates pronto"
Hablo Jennie, enseñándole el paquete mediano con un estampado en el centro, con dibujos de tomates junto con sus semillas.

El menor asintió y dejó su taza en su mesa de noche, alejándose de la ventana. Tomó sus zapatos, sentándose en la cama para atar sus agujetas con más facilidad mientras acercaba sus pies. Al terminar de bajo y camino hacia la puerta, bajando las escaleras poco a poco, saliendo de la casa.

"Toma, primero llénala en agua" su mamá le entrego una regadera de plástico color verde claro.

"Es obvio, ¿como voy a regar agua en la tierra entonces?" Pregunto sarcástico, haciendo reír a su hermano desde lo lejos, quien estaba quitando las rosas con espinas de los arbustos.

"Ve a hacer tu trabajo, grosero" Sonrío su madre al decirlo, a Taehyung le agrado que no estuviera de mal humor como siempre.

El menor girl su cuerpo para seguir caminado hasta dar la vuelta por la casa, llegando a invernadero lleno de suciedad, como había llovido el barro de afuera había ensuciado las puertas.

"Genial" habló con flojera, se acercó a un grifo que se mantenía en la pared cerca de las puertas, giró de la llave y dejó salir el agua, colocando la regadera para que se llenara.

Mientras espero fue tarareando esa canción que le gustaba desde que tenía memoria, 'La Foule'.

Sonrió al terminar de pronunciar la última palabra, cerrando el grifo de una vez alzando la regadera ya pesada, con ambas manos hizo el esfuerzo de levantarla y camino, empujando con su pie izquierdo las puertas del invernadero, soltó un pequeño quejido hasta que entró. Dio tres pasos adentrándose más.

Salió nuevamente después de soltar la regadera en la tierra, tomando el paquete de semillas que había dejado afuera.

Entró nuevamente y comenzó a poner semillas de a tres en cada espacio de la tierra, mojando esta con la mini lluvia que caía de la botella. Hasta acabo de dio cuenta de la pequeña sombra que se asomaba por uno de los muchos ventanales que habían al rededor de él, lo definió en su mente como una sombra blanca.

Levantó un poco más su mentón para observar con más claridad, pero esta se esfumó en segundos. Se preguntó qué cosa brillaba más que el sol, eran las once de la mañana, un cuarto para las doce, frunció su ceño y se decidió a pararse e ir a ver qué era o quién lo miraba tanto.

"¿Hola?" Hablo bajo, tocando con sus pequeñas manos la ventana, mirando hacia el infinito bosque que se encontraba frente a él.

No recibió respuesta alguna.

"No hago daño, pero quiero saber si tú me lo harás" Nunca tuvo miedo de los fantasmas, ni creía en ellos, pero en algo que si creía era en la mitología.

Escuchó risas a lo lejos, se alejó un poco mientras veía los árboles con angustia, sus hojas de movían con lentitud, no era por el viento, se movían en sincronía, al mismo tiempo, armando pequeñas olas entre ellas, y el sonido de un violín se escuchó en sus adentros.

Soltó un suspiro antes de empezar a correr hacia afuera, dirigiéndose atrás de la gran casa de cristal, listo para enfrentarse con quien sea que le esté tomando por tonto.

"¡Ya te vi!" Alzo la voz, al ver una pequeña criatura esconderse detrás de su árbol al escuchar la voz del niño. Paro la música y el ligero movimiento de las hojas de los árboles. Todo era silencio ahora.

"Oh" Susurro, sacando de sus bolsillos unos trozos de galletas con relleno de fresa con miel. Inclinó sus manos mientras se arrodillaba, esperando a que se acercara esa personita que antes se había escondido del miedo.

"No te haré nada, ven aquí, debes tener hambre" Hablo tranquilo, decidió esperar.

Después de unos dos minutos se vio una luz resplandeciente salir de aquel árbol, taehyung abrió exageradamente sus ojos al ver lo diminuta que era esa criatura extraña, sus ojos eran color amarillo, amarillo brillante, su cabello color marrón, piel pálida y de su pequeña espalda colgaban alas casi transparentes, radiaba un color azulejo pastel. No tenía prenda alguna, con la razón de que no había nada que ver, no había señales de pezones, u ombligo. Simplemente perfección.

"Belleza" susurro nuevamente, viendo como se acercaba despacio hacia sus manos, mirando la comida con deseo.

Y no perdió tiempo, más criaturas igual que ella pero con diferente color salieron de los arbustos, la pequeña ya había empezado a comer con gusto.

"No tengo más, lo lamento" musitó suave, mirando el hermoso rostro de ella, era demasiado chiquita, era imposible.

esta asintió sin problema y con una sonrisa se alejó, miró a los demás haciendo un tipo de lengua extraña, señas que ellos entendieron y se alejaron con sus alas revoloteando por todos lados, dejando que una especie de polvo brillante cayera en el pasto.

"¿Que son?" Preguntó antes de que todas se fueran, pero así fue, su hermano había llegado corriendo y antes de que pudiera acercarse más a Taehyung, las criaturas se esfumaron por completo.

"¿Que rayos quieres?" Taehyung se levantó de golpe, botando las virutas de las galletas al césped. Miró a YoonGi molesto.

"Mamá dice que vengas por tu sandía, antes de irnos a comprar los útiles para la nueva escuela" YoonGi sonrío contento y se fue trotando nuevamente hacia la casa.

"Lo que me faltaba" miró por última vez el bosque que ahora era más iluminado, el sol había comenzado a desprender sus rayos intensos, haría mucho calor.

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In this garden. jkxth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora