Una Segunda Oportunidad (𝕮𝖗𝖔𝖜𝖘𝖙𝖎𝖊𝖑)

Capítulo 1 - Sin esperanza

Sin esperanza, era lo que definía a Castiel en su situación actual.

Es decir, Chuck lo ha arreglado tantas veces que ya ha perdido la cuenta, pero en esta ocasión en particular, fue distinto. Todos sus recuerdos estaban intactos, recordaba perfectamente sus últimos momentos de vida. Aquel mundo apocalíptico, Kelly Kline y sus momentos previos a dar a luz, Sam, Dean y Mary llegando para ayudar, a Lucifer llegando y arruinando absolutamente todo, y por supuesto, a Crowley.

Lo recordaba tan bien que dolía, dolía cada vez que su mente se cubría de neblina a su recuerdo, encajando la espada de Ángel en su pecho, cayendo al suelo, sin siquiera despedirse de él.

Repasaba sus últimas palabras "Adiós chicos", Crowley, el rey de las encrucijadas, demonio alto en la cadena demoníaca y rey del infierno. Dio su vida por los chicos que intentaron asesinarlo indefinidas veces, dio su vida para encerrar a la persona que más odiaba, pero, ¿Realmente valía la pena? Pero su relación con los hermanos era mucho más allá del simple odio, "Compañerismo informal" Podría llamarse. Mientras tanto el solo miraba desde fuera del portal, esperando su momento de salir y pelear al lado de ellos 3.

Pero ni él se imaginó su acción, él sabía lo retorcido que era con la idea de vivir, y no dudaba en huir cuando se complicaban las cosas. Podría decirse que fue por eso que, cuándo lo vio caer al suelo, su gracia estalló en ira haciendo que sus piernas se movieran solas. Agarrando con fuerza su daga, y pasando hacia Lucifer rápidamente, sin dudar, lo apuñalo. Lo siguiente que recuerda fue su gracia quemándose al igual que sus alas. Igualmente, sin despedirse.

Lo último que sintió fue alivio. Estaba muriendo, asesinado por la espalda por ese Arcángel, pero eso no le importó. Lo último que pensó fue en el rey demonio. Prefirió la muerte a vivir con ese recuerdo por el resto de su vida. Sin embargo, no todo le sale bien a nuestro Ángel favorito.

Su alivio no llegó a mucho, antes de que otra vez, abrió los ojos. Sentía su gracia de vuelta, sus alas intactas al igual que sus recuerdos y sentimientos

Despertó en una cabaña, alejado de todo, teniendo una linda vista a un lago desconocido, muy parecida a la cabaña donde ocurrió todo. Pero esta por alguna razón, se sentía más acogedora.

Intento seguir, sabía que Chuck le había dado otra oportunidad, y aunque a él no le parecía, continuaría, debe hacerlo.

O esos fueron sus primeros ideales al inicio.

Como se lo propuso, intento seguir adelante, buscar a los Winchester y al Nephilim a su cargo, Jack, el solo sería un bebé y necesitaba un padre, lo necesitaba a él.

No obstante, cada pasó que daba, era como un golpe bajo. No podía pensar en ellos sin recordar a Crowley, haciéndolo retroceder. Ni él podría darle una explicación a eso. Claro, lo máximo que lo llegó a considerar fue cómo un compañero, nunca lo llegó a considerar cómo un amigo, muy apenas cómo un aliado, no sentía nada más por él, entonces, ¿Por qué se sentía así al recordarlo?

Con el tiempo, esa duda lo comenzaba a comer vivo, toda su atención era a ella, reflexionando todos sus momentos junto a Crowley. Desde enemigos mortales a aliados, intentando asesinarse mutuamente sin descanso, hacerle la vida imposible al otro, pero al final trabajando en un mismo objetivo. Pensar en todo eso no lo ayudaba, lo único que ganaba era darle mucha más atención a la pregunta de lo que está ya tenía.

Pronto gracias a eso, sus actividades diarias disminuyeron, dejando de buscar información de algún indicio raro que lo llevaría con Jack. Dejó de cuestionarse si volver con Sam y Dean sería buena idea. No necesita dormir, pero no hace ningún esfuerzo en salir de su cama. Su único movimiento proviene de sus ojos, examinando el techo, soñando qué está viviendo sus cortos momentos con Crowley.