ένας

501 25 11
                                    

El orfanato era un lugar que a veces odiaba por el hecho de esa niña de cabellos lilas y sus acciones caprichosas, veía desde la rama de un árbol como maltrataba a ese chico que se había ofrecido a ser su caballo, rodó los ojos con molestia y bajo de un salto hacia donde estaba esa chica de dos coletas, le sonrió y se sentó a su lado mientras aún veía a aquel acontecimiento frente a ellas.

— Saori cada cada vez se hace más malcriada con el paso del tiempo, siento que podría matar a alguien de los niños a este paso—

Murmuró la niña mientras veía como el chico de cabellos caramelos de ponia de pie con las manos y rodillas sangrantes; se acercó a él para poder ver sus heridas, de la bolsa de su overol saco unas banditas y se las puso, ganándose la mirada y un leve sonrojo de su contrario.

— gracias, (nombre)—

Susurro viendo las banditas con una sonrisa, (nombre) le dió la espalda y se fue con Minho.

(Nombre) era la niña más pequeña del orfanato, había llegado cuando aún era una bebé y no tenía razón del porque estaba ahí, fue creciendo dejando ver que era un poco más madura que los niños de ahí, todo gracias a Saori, pues en su ingenuidad de había acercado a ella solo recibiendo un corte de cabello mal hecho con tijeras escolares y golpes de parte de ella, al igual que Tatsumi, por lo que aprendió a no dejarse de nadie, iba ganando fuerza y habilidad siendo gratificada por esa flexibilidad que fue puliendo a su corta edad de ocho años; no se fiaba de nadie por lo que era seria y reservada a su corta edad, sin en cambio eso cambiaba cuando estaba con Seika y con Minho, era dócil y confiaba en ellas, habían sido las únicas que le ayudaron a emparejar su corto cabellos después de la maldad de Saori, por lo que los mantuvo de un tamaño corto que incluso a veces le confundían con un niño y ellas aplaudían ante sus habilidades, por lo que se ganaron su lealtad y cariño incondicional.

— vamos, mocosa—

Tatsumi le llevo a con los otros niños, ellos solo veían con atención y sin decir nada lo que pasaba, los intentos inútiles de aquella niña de salir del agarre del guardaespaldas.

— ¡Tatsumi! Deja a esa niña en paz—

La voz del viejo Kido se hizo presente; el guardaespaldas dejó a la niña para después hacer una reverencia a su mayor, este solo traía su bastón y una urna.

— todos van a tomar un papel, el lugar que les tocará será su campo de entrenamiento, prepararán sus pertenencias y saldran mañana al alba—

Uno a uno fueron hacia la urna sacando un papel, dónde veían a donde irían, solo quedaban dos niños, que por lo que sabía eran hermanos, paso primero el de cabellos azules, con curiosidad observó a aquel que veía con miedo a aquella caja; dos grandes  ojos verde brillante, su caballo corto verde y aquella piel pálida que le hacia verse demasiado lindo; los dos se vieron por unos momentos para después (nombre) pasara.

— ¡Dame eso, mocosa!— Tatsumi le arrebato el papel y lo leyó para después sonreír, sabía que estaría feliz de ya no "cuidar" niños— te irás a México—

La niña le vio para después salir de esa sala con tristeza, estaría demasiado separada de  sus hermanas, llegó a los dormitorios donde ellas se encontraban para solo abrazarlas sin dejar que hablaran; las abrazo con mucha fuerza, llorando a mares, entre hipidos y sollozos les explicó haciendo que le abrazaran con fuerza.

Durmieron abrazadas las tres con fuerza, sabiendo que esa era la última noche que estarían juntas.

(Nombre) estaba despierta desde la madrugada, sintiendo los últimos vestigios de su llanto, suspiraba y solo acariciaba las manos de sus hermanas, ya había preparado sus maletas y cuando las dejo en el pasillo Tatsumi no tuvo contemplación en tomar sus maletas y a ella para llevarla afuera; peleaba con todas sus fuerzas para salir de ese agarre, lo único que pudo ver por el cristal de atrás de ese auto fue a Minho correr detrás del mismo mientras gritaba su nombre, la niña rompió en llanto viendo como aquel orfanato se alejaba de su vista y se perdía en el sendero.

Colibrí (Shun X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora