Exploraba con la mirada las calles y edificios, algunas personas murmuraban ante su aspecto, a ella no le importo eso, (nombre) sonrió al ver las rejas de la casona en la que había pasado tanto tiempo como una niña sin padres, el gran camino rodeado por árboles seguía igual como recordaba, a lo lejos pudo ver a un par de niño corriendo y una joven corriendo detrás de ellos, una sonrisa se formó detrás de aquella máscara plateada, dejo la caja de su armadura a un lado y estiró los brazos para poder detener a los niños que corrían de la joven, (nombre) se puso de pie con los niños aún en sus brazos, vio detenidamente a la joven y sonrió más.
— ¡Ah! Muchas gracias señorita—
Dijo mientras se tomaba un respiro de la carrera que había hecho, (nombre) soltó una risilla y después dejo a el par de niños.
— de verdad que tú no cambias Minho—
Dijo viéndole, la muchacha solo pudo verle de nuevo de arriba hacia abajo y tomarse el pecho.
— ¿Nos conocemos?— — si, desde pequeñitas— —¿Seika?¿Eres Seika?— — por lo que veo, la máscara trae un poco de problemas—
Una de sus manos fue a su máscara y quitó la misma.
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Minho se llevó las manos a la boca y sus ojos se cristalizaron, la chica de coletas le abrazo con fuerza, (nombre) sonrió y le dió un par de vueltas en sus brazos y después le dejo en el suelo.
— ¡Oh (nombre)! No sabes cuánto te he extrañado—
Dijo la de dos coletas mientras le daba un pellizco en su brazo y le veía de forma acusatoria, (nombre) sobó la zona donde le había pellizcado, no le había dolido, pero aún así lo hizo; la de cabellos azules le llevo hacia el interior del orfanato para poder hablar más agusto.
(Nombre) le contó todo lo que había pasado, sus ojos buscaban disimuladamente a otra persona, no le había preguntado a Minho, pero ansiaba ver a aquella chica que le había cuidado en su tiempo dentro del orfanato.
— (nombre), ¿a quién buscas? Desde hace rato noto que volteas buscando a alguien— — ¿Dónde está Seika?—
Un aire triste se hizo presente, la de dos coletas bajo la cabeza y después suspiro entrelazando sus manos en su regazo.
— Seika después de que tú y los otro niños se fueron ella desapareció—
(Nombre) iba a preguntar, pero en ese momento sintió que alguien entraba, se puso la máscara de forma rápida y después se giró a la puerta, estaba ahí de pie aquel chico de piel morena con el que había chocado en la casa de Saori, el muchacho sonrio y se adentro en esa parte del orfanato.
