love story [casi angeles 3] ✔

59 [la resistencia]

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la resistencia

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Después de que los chicos se hayan despedido de Simón, fuimos hasta un punto en el bosque, y viajamos en el tiempo hasta el 2068. El mundo era... horrible. No había nada, ni nadie. Todo estaba destruido, sin vida.

Angi: Bienvenido al futuro de la humanidad. No te podemos dar mucha información, mientras menos sepas vos menos va a saber Jay.

Simon: Bueno, paren. Acá me quedo yo. Ya es hora de que vuelvan. Dale, ni me la hagan más difícil

Thiago: ¿nosotros? nunca — lo abrazamos — Bueno, aflojemos un poco que nos vamos a poner melancólicos. Angi esta al borde, así que...

Angi: Callate, flojito. — le pegue, con lágrimas en mis ojos — Vamos a buscar un lugar un poco más bonito que este

Simon: Lo que estoy seguro que voy a comer, ¿no? Sushi todos los días — ambos los reimos

Thiago: Vamos a buscar un lindo PH

Simón: Dale, uno con vista al mar, y con seguridad privada, por si viene Jay

Thiago: ¿Jay? A Jay lo vamos a engañar

Simon: Obvio

Angi: Vamos

Seguimos caminando, hasta que encontramos un matadero, donde Simón quiso quedarse.

Simón: La verdad que este lugar está bárbaro. Tiene de todo. Tenes vista al cielo, el piso es corredizo, tenes agua corriente por todos lados, menos por la cañería, y es dificil eso

Thiago: Bueno, bueno, encima que te hago precio, remamela hermano

Simón: Me parece a mi, o el matadero es mejor que el NE, eh. Gracias. Gracias hermanos, por traerme a este lugar tan maravilloso

Angi: Sabes que si lo pienso bien, no me gusta mucho este lugar

Simón: Los estoy jodiendo. Aparte, si el plan sale bien, todo esto tiene que cambiar

Angi: ¿y si sale mal?

Simón: Bueno, la idea es que la reme, ¿no? — yo lo mire, y sorbi mi nariz — No llores más, dale — me abrazo — No me gusta cuando te pones así

Angi: Perdón, son las hormonas del embarazo, no las puedo controlar.

Thiago soltó una risa, y se agachó a buscar algo en la mochila. Se paro, con el anillo de la boda de Vale y Simón en la mano.

Thiago: Esto me lo dejó Vale, para vos —  se lo dio

Seguimos caminando, hasta que llegó la hora de despedirnos. Cuando Thiago abrazo a Simón, él le clavo una navaja al costado de su abdomen.