Capítulo Único.

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Rosé se metió a la casa de Jennie, dejando las llaves y los contenedores de comida para llevar en la encimera de la cocina. Ha sido una semana larga resolviendo un caso de esos que son bastante asquerosos y ambas decidieron celebrar que todo había terminado, teniendo un viernes casual de películas en la casa de Jennie. Rosé siempre traía la comida y recientemente Jennie había decidido darle un juego de llaves extra de su casa. Ninguna de la dos pensaba que era raro, pues ambas eran bienvenidas al hogar de la otra abiertamente y se sentía natural.

-Traje algo de cena. ¡Espero que tengas ganas de comida china!- Rosé le avisó mientras se quitaba y colocaba su chaqueta sobre la silla.

Rosé escuchó los tacos de Jennie sonar en las baldosas y pudo oler un atisbo de su dulce perfume antes de voltearse y verla completamente. Kim Jennie era hermosa, perfecta en su apariencia. Esta noche estaba “casualmente” vestida en unos jeans muy apretados que acentuaban deliciosamente su trasero y una simple blusa que formaba sus senos. No estaba usando sus tacos más altos, pero no sería Jennie si no tuviera un par de tacos adornando sus pies.

Rosé tuvo que forzar su mirada hacía otro lado. Imaginar lo que tu mejor amiga tenía bajo toda esa ropa no era muy apropiado.

-Luce delicioso y tengo un vino blanco perfecto para acompañar- Jennie sonrió, moviéndose para sacar el vino del gabinete.

Rosé gruño ligeramente para sí misma, mientras Jennie se estiraba para alcanzar las copas que estaban en la última repisa del gabinete, causando que la blusa se le levante exponiendo su abdomen.

Enfocando su atención hacía el refrigerador para coger una cerveza, Rosé trató de no pensar en cómo se sentiría tener a Jennie apresada entre su cuerpo y la encimera, y como se verían sus mejillas sonrojadas por el sexo.

-Mi mama te invitó a cenar mañana domingo- Rosé dijo tratando de liberarse de los pensamientos pecaminosos que estaba teniendo su cerebro.

-Qué considerado de su parte. Dile que llevaré el postre- Jennie sonrió, sentándose con su vino y su contenedor de comida china en el sillón a lado de Rosé. Siempre se sentaban demasiado cerca y ninguna de las dos le daba mucha importancia.

Jennie le sonrió a la chica que estaba sentada a su lado. La chica que había cambiado su vida por completo. Aquí estaba ella sentada en su lujoso y caro sillón, comiendo de un contenedor. Rosé había puesto su mundo de cabeza en más de una forma. Por primera vez, Jennie sentía que tenía una familia.

Sonriéndole tontamente a la detective, Jennie tomó un sorbo de su vino.

-¿Qué vamos a ver esta noche?- Rosé preguntó, casi adivinando cuál sería la respuesta. Tenía que admitir que aunque no le gustaban particularmente los documentales estaba dispuesta a verlos por Jennie. Además, Jennie ha estado hablando de un documental en especial que estuvo pasando toda la semana y no tuvo la oportunidad de verlo por ocuparse del caso.

Jennie sonrió satisfecha para sí misma, entendiendo que Rosé ya había cedido a ver lo que ella quisiera –Bueno, hay un documental de un estudio que están haciendo en el Canal Médico…

Rosé le volteó los ojos, tomó el control remoto, prendió el televisor, puso el canal y se sentó casi recostándose en el sillón, comiendo tranquilamente de su contenedor como una nutria; hasta que la intro del documental empezó.

“Hoy en el Canal Médico. ¿Te excita ver porno? Diferentes tipos de porno, cuál crees que puede ser el que te excite más. Aprende acerca de tus preferencias sexuales esta noche aquí en el Canal Médico.”

Rosé casi se atora con su arroz y chancho frito. – No… No, no, no. Lo siento, no vamos a ver un documental sobre porno.

Jennie frunció el ceño -¿Por qué?- Su cara gritaba inocencia.

what watching porn with your best friend could do [chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora