*Extraño en la oscuridad*

32 4 1
                                    

- Acaso me escuchas- 

-Claro mama- 

Es obvio que no la estaba escuchando, pero sus sermones son infinitamente aburridos. No entiendo por que se molesta tanto por el simple hecho de pasar la mayor parte del tiempo en mi teléfono, ni siquiera salgo de casa, es decir, tengo 16 y nunca en mi vida he salido, a excepción de la escuela, pero eso no cuenta.

- ¡Chorlotte! - grita mi madre.

-¿Que pasa? - le digo con un tono despreocupado que le fastidia, ella pone los ojos en blanco y sale furiosa de la habitación. 

- No olvides que tienes que alistar las maletas para la mudanza- es lo que dice antes de dejarme en la que ha sido mi habitación por toda mi vida, o al menos lo era.

Me quedo pensando un buen rato en cómo será la nueva casa, lo que mi madre llama "nuevo hogar", es patético irnos por el simple hecho de que murió una joven de mi edad brutalmente, cada minuto la gente muere, no es de extrañarse . Han pasado como tres horas y la sola ide de mudarme me aterra, aqui estan todos mis amigos, bueno la verdad es que solo tengo una amiga, me va doler demasiado dejarla y se que a ella también aunque no quiera admitirlo para no hacerme sentir mal . Mi madre se fue a comprar las cosas para preparar la cena, nuestro viaje es mañana y quiso invitar a sus amigos para hacer una "despedida".

Son las 7pm y no tengo muchas ganas de bajar al comedor, toda esa gente la que mi madre considera amigos no son más que un escuadrón de hipócritas. Me pongo un vestido color vino que me dio mi mama para mi cumpleños, unas medias y unos zapatos sencillos, me cepillo el cabello y aplico un poco de perfume. Bajo todas las escaleras y todo el mundo se fija en mí, y en ese momento quisiera sacarles a los ojos, como si en realidad les importará si nos vamos o no.

El resto de la noche es muy tranquila, lo que me sorprende es que no hubo ninguna clase de comentario acerca de otros, hasta me atrevo a pensar que se drogaron. 

Como a las 9pm subo a mi cuarto me pongo un pijama y me dispongo a dormir, estaba a punto de acostarme hasta que algo poco peculiar logra captar mi atención. Me acerco a la ventana de mi habitación y en las tenues sombras de la noche justo debajo de un árbol se observa la silueta de una persona, mientras lo analizo me doy cuenta que supo que lo estaba observando a lo que me queda mirando fijamente, algo en su rostro me llama realmente la atención, sus ojos, no había visto nunca unos asi, aunque está en la oscuridad se ven claramente, son ...

-Oye- dice alguien con una voz muy dulce

-Que rayos haces aquí Darya-

-Así es como recibes a tu mejor amiga- dice haciendo pucheros al mismo tiempo que yo me río por su cara tan tierna. Vuelvo mi mirada al chico de antes pero ya no está lo que me deja un poco confundida.

-Que pasa?- dice Darya, creo que mi confusión se reflejo en mi rostro.

-No es nada- digo restandole importancia. Ella se acerca a mí con una actitud intimidante mirándome fijamente a los ojos.

-¡Ya lo se!- dice emocionada - ¡estabas espiando a los nuevos vecinos! - termina de decir casi saltando, lo que me deja mas confundida, como que "nuevos vecinos". Tan encerrada vivo.

- De qué hablas? - 

- No me digas que no lo sabes-

- Que no es obvio- le digo haciendo una mueca.

-Estoy es muy increíble!- exclama con una gran sonrisa -Pues para que me tienes- menciona levantando los brazos y ya se que va a comenzar con una verdadera historia con todos los detalles.


           Oliz, esta es mi primera "historia" o como quieran llamarlo, espero les guste, el título de este capítulo no me convence mucho (dejen sugerencias para los próximos) no soy muy buena escribiendo pero hago mi mayor esfuerzo. Adiós, besos.


Ojos del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora