Día 7: Au Villanos.

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Estaban rodeados por los héroes, no sería problema para ellos, no había ninguno que valiera la pena, seguramente sus amigos se negaron a apresarlos, eran los terribles héroes que terminaron convirtiéndose en villanos, habían asesinado a múltiples funcionarios de estado, su primer crimen fue contra una encantadora pareja de los suburbios.

—Hey pelos de mierda —ambos se preparaban para la batalla, no duraría mucho, ya han olvidado a cuantos héroes han derrotado, nadie que envíen valdrá la pena. —Al fin tengo una respuesta a tu poema de mierda de esa vez.

—Era una confesión ¿Sabes? —se burló un poco. —Te escucho.

—No creo que exista un Dios, pero creo que si existiera serías tú.

—Tengo tantas ganas de besarte ahora —la burla desapareció.

—Concéntrate idiota.

.

.

.

Todo comenzó una gris mañana, ese día Bakugo tenía el día libre pero su novio no, su mente probablemente estaba llena de que haría para la cena o cualquier otra tontería cuando todo fue interrumpido por una llamada del pelirrojo, con una voz aterradoramente calmada le pidió que fuera donde estaba, le dijo que no fuera con su traje de héroe y que nadie lo viera, su voz le dejo un sabor a llanto a Katsuki, jamás podría explicarlo.

La dirección a la que llego era una pintoresca casa con un hermoso jardín, quizá fue por la experiencia del trabajo o que su novio no se había movido de aquella dirección en la media hora que tardó en llegar, que todo eso lucía solo como una fachada. Entro en aquella casa y por alguna razón recordó el viejo cuento que su padre le leía de dos niños encerrados por una bruja, nada estaba bien en ese lugar.

—¡Kirishima! —supuso que si le había llamado no habría ya ningún peligro.

—En el sótano —la voz de su novio normalmente le tranquilizaba, ese día quería llorar al escucharlo.

Bajo las escaleras, era una casa pequeña, pero todo le parecía en cámara lenta, al llegar al sótano pudo ver a su novio parado en una esquina, con su traje más rojo de lo habitual, mirando a la nada, a sus pies se encontraban dos cadáveres, un hombre y una mujer tan golpeados que estaban casi irreconocibles.

—Cuando me di cuenta su sangre ya estaba en mis manos —Eijiro dijo con una voz suave que le provocó un nudo en la garganta a Bakugo. —En la caldera y el cajón —señalo con la cabeza, Katsuki solo se dirigió a donde apuntaba, al abrir la caldera había huesos muy pequeños, trato de conservar la calma para abrir el cajón que le señalo, allí había amontonados papeles y una bolsa demasiada ropa interior de niña, le dieron ganas de vomitar, pero solo se quedó atónito mirando a su novio. —Él las tocaba —señalo al cadáver a su izquierda. —Y ella se las comía —señalo al de la derecha. —Escuché un grito de ayuda y vine a ver, me ofrecieron dinero, dijeron que lo han hecho con muchos héroes... Y cuando me di cuenta su sangre estaba en mis manos... Una niña corrió así que seguro alguien vendrá pronto, prefiero que me detengas tú.

Fue en ese momento que Bakugo lo entendió, nunca estuvo más equivocado que la primera vez que le dijo "te amo" lo dijo en serio, claro, pero aun así mentía, en ese momento se abalanzo para abrazarlo, toda su ropa se llenó de sangre.

—¿Bakugo que haces? Te llenaras de sangre —su voz perdía esa tranquilidad y empezaba a quebrarse, Bakugo se alejó un poco para besarlo.

—Vámonos de aquí, ya pensaremos que hacer —se agacho hacía los cadáveres, uso sus explosiones para deshacerse de ellos, su puntería y rango era mucho mejor que en sus días de la preparatoria, por lo que le costó muy poco. —Quemaremos el lugar, todo estará bien, iremos por cosas a nuestro departamento y después... —tomo su mano. —Ya pensaremos que hacer.

—Bakugo no, serás el número uno pronto, solo yo debo... —lo beso de nuevo.

—Cállate ¿No soy yo el que siempre piensa los planes y tú el que los sigue?

—¿Por qué?

—No sé, no creo que exista una respuesta... Pero tú eres mi respuesta —junto sus frentes. —Estaremos bien si nos quedamos juntos.

No quedo nada de la fachada encantadora de esa horrorosa casa, lo hicieron parecer una explosión por fuga de gas, fueron a su departamento y se dieron un baño juntos, siempre les relajaba estar juntos en la bañera hasta que el agua se enfriara, empacaron sus cosas, después de todo solían ir a acampar, Bakugo preparo algo sencillo de comer para ambos, se habían calmado un poco.

—¿Entonces huiremos a las montañas? —su cabello pelirrojo aún estaba mojado, sonreía, no era falso, pero tampoco cálido. —Aún estamos a tiempo de irnos del país.

—Solo comamos ahora.

—Así que tienes otros planes —le toco la frente. —Tienes esa mirada que pones cuando piensas en algo —llevaban tanto tiempo juntos que sabía casi todo de su novio.

—Encontré unos documentos en la casa de esos bastardos —suspiro, era algo difícil de decir, lo que dirá cambiará por completo sus vidas. —Tenían distribuidores y compradores —Kirishima sabía a lo que se refería. —Conozco a muchos, son gente de dinero, funcionarios del maldito estado... La ley jamás los tocara—ya habían visto la fragilidad de la "justicia" ya habían tratado de hacer las cosas bien. —Deberíamos irnos por un tiempo, pero...

—Quieres hacerlo de nuevo, pero esta vez a propósito —solo recibió silencio. —¿Podrías hacerlo? Eres un héroe después de todo —más silencio. —Estoy seguro de que yo puedo hacerlo de nuevo —se miró las manos. —Para mí ya no hay vuelta atrás, aun puedes abandonarme ¿Sabes? —Bakugo lo beso de nuevo, abandonarlo nunca sería una opción.

—Donde sea que mires encuentras a gente sin que el mundo estaría mejor, ahora tenemos una maldita lista de ellos —se calló un momento. —Aun no estoy seguro de poder hacerlo, pero sé que tampoco puedo seguir por esta línea, tardó un mes en encerrar a alguien y sale al día siguiente, estoy cansado, no quiero ser un puto villano, pero caeré hasta el fondo si es contigo.

—No sé qué estamos haciendo, pero si estamos juntos estaremos bien —Kirishima toco su cabello por un momento, aparto los mechones de pelo rubio de su rostro y lo acuño entre sus manos. —Creo que es momento para dar una oración o algo, pero los dos damos asco en eso, rezaría, pero... Nadie me enseñó a hacerlo, así que no lo haré... En cambio, puedo decirte esto, agradezco a Dios la forma que dejas en mi almohada, gracias a Dios por tu insaciable cabello, espero que Dios te bendiga porque a pesar de todo vienes a mí —esas palabras fueron suficientes para que ambos soltaran aquellas lagrimas que habían estado aguantando por horas.

—¿Q-que mierda se supone que responda a eso? —Bakugo no es un hombre que se quiebre, pero este es el momento de su debilidad absoluta. —Ni siquiera sé si creo en Dios.

—Encontraras las palabras, siempre las encuentras —ambos se quiebran, esta noche huirán, no volverán, pero estarán con su hogar.

Esa noche se crearían dos de los mayores villanos que la sociedad pudo ver, aun así, salvaron personas a su forma, esa gris mañana reflejaba sus acciones, sus excompañeros lo sabían y nunca tratarían de atraparlos, muchos de ellos les ayudarían incluso, no saben si estaban en lo correcto o no, les dejaban esa sensación agridulce, lo único que sabían que estarían bien mientras estuviesen juntos. 

KiriBaku week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora