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Libertad

El esperado día había llegado, Delia se despidió del padre y espero que se alejara lo suficiente para que no la vea.

Esperando se recostó en pasto admirando y felicitando su valentía que tenía para llevar su cometido.
Pensando decidió descansar esa noche y partir apenas se asome el sol.

Durante la mañana preparo bienes e objetos personales, en la tarde se limpio de las malas vibras y pidió la protección divina.

En la noche reviso que todo estuviera en orden para su partida, afirmando eso fue a descansar en eso recordó la daga que según el padre era sagrada, en los tantos libro bíblicos que la obligó a leer se decía que está estaba protegida por un conjuro sagrado y casi cualquier que tenía fe lograría romperlo, logrando un tratado con seres de malas vibras según las brujas y obteniendo su fieldada e protección.

Pero le dio igual ella quería ver el otro lado, verificar que tan malo era ese supuesto infierno y su gobernante.

El sol ya se estaba asomando y Dalia se encontraba en la capilla rezando para su partida, admiro las daga por unos minutos y la agarró par así comenzar su viaje.

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La mujer y luciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora