-ˏˋ₁﹕Cᴏʀᴀᴢᴏ́ɴ ᴘᴀʀᴛɪᴅᴏ

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La mansión habia quedado en manos de los Malfoy tras la guerra, aunque con ciertos detalles o reclamos absurdos de parte del ministerio de magia. Aun creaba escalofríos los horrores que habian padecido por las órdenes de Voldemort pero gracias a los cambios de Narcissa no se sentía tan sofocante. Draco y su madre caminaban en su vasto jardín, un hermoso y llamativo tono verde del cesped bien podado por los elfos que le habían permitido los aurores.

-¿Cuándo tendrán a sus bebés?-Preguntó la hermosa rubia, que aunque fuera mayor no tenia ni una misera arruga.

-Amm estoy en eso madre-Contestó Draco con una sonrisa.

-Perdón es que ya paso un 2 años y creí que ya tendría nietos...

-Lo sé, es que no me he sentido bien últimamente como para eso.

-Cierto ¿Y cómo te fue en San mungo hijo?

-Pues mañana iba a ir a ver mi resultado de estos dolores de cabeza.

-Ohh espero que no sea nada perjudicional.

-Digo lo mismo... De todos modos hoy he estado bien y hoy es nuestro aniversario pienso que ya es tiempo de ya sabes...

Narcissa dejo salir una risa pícara, aunque su hijo era estricto aun le costaba expresar sus intimaciones.

-Tu padre quería hacer lo mismo aunque tú viniste antes-Dijo Narcissa tocando una pared de rosas blancas, olor que la mujer siempre emanaba-Pero me alegra de que hayas encontrado a la persona correcta, te mereces todo Draco.

El rubio sonrió del entusiasmo, era normal que las parejas intentaran conocerse y esperar a hacer el lazo. Realmente era feliz con la omega que se habia enamorado en la escuela, aun recordaba sus tiempos cortejandola de la manera más fina y por fin se unirían permanentemente.

-¿Tomamos un té antes de que te vayas?.

-Claro madre.

Gracias a Merlín no todas las personas del mundo mágico les desagraban los ex mortifagos, Draco había cambiado un montón tras haberse emparejado con Astoria al igual que sus ideales. Habia tomado la misma profesión que su padrino Severus, su prolija manera de armar pociones lo llevaron a tener un buen rango a parte de que era un alfa, su jefe le habia permitido tomarse el día para pasar el tiempo con su omega sentía. Draco no le habia dicho nada a Astoria ya que queria sorprenderla.

Después de su calida reunión con su progenitora, habia comprado unos postres que eran caros pero favoritos de ella ya que si iba a mimarla hoy que fuera con lo que sea.
Apenas a habia llegado a su hogar al estilo luis XI, que yacía en un hermoso terreno con vista al lago, las llamas verdes dieron el paso al rubio habia dejado sus cosas en la mesa para preparar la sorpresa pero la casa despedía un aroma familiar. Su instinto no hizo más que ponerlo en alerta, pudo reconocer que era de alfa al subir las escaleras bien pulidas.

Cítricos...

A poco se iba acercando ruidos de empujones y rechinidos venían de su habitación, por un momento creyo que era que estaban cambiando cosas de lugar pero al rato se escuchaban gemidos... de su esposa.

-Ahhh~ Allí...-Gimió agudamente por los besos en su cuello-Ngh... ¡E-Embarazame!... ahhhh.

El sonido de las estocadas inundaron la habitación por lo que no notaron cuando Draco entró, su mueca parecía neutra pero en su cabeza era un cataclismo estaba sientiendo taquicardias.

-¡P-Pans llename con tu rica semilla! ¡Ngh!-Gimió de nuevo Astoria con satisfacción al placer que su amiga de la infancia del rubio le daba.

-Ya te lo dare mi omega...-Contestó con su voz dominante.

-ˏˋ🍏 Dᴇsᴅᴇ ᴜɴ ᴘʀɪɴᴄɪᴘɪᴏ 🍏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora