XIII.✿

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Increíblemente veinticuatro de diciembre había llegado y Harry no tenía ningún regalo para el cumpleañero.
Se sentía fatal, siempre sabía que regalar pero ésta vez estaba en blanco.

Miró el traje que llevaría, sabía que iba a hacer el único raro que iría así vestido. No pediría prestado un traje porque los conocidos que tenía eran más bajos que él y ni de broma entraría.

Sólo había usado ese traje una vez en su vida y fue por un festival de la escuela.

Miró la hora de su reloj de pared, faltaba dos horas para que Zayn pasara por él.
Empezó por darse una ducha rápida para luego salir. Se peinó su no tan largo cabello rizado pero si lo suficiente como para tratar de aplacarlo con un poco de gel.

Descolgó el traje, pasó la yema de sus dedos tocando con cuidado la tela de éste.
El traje había sido un regalo y estaba hecho a su medida.

Era único y sólo para el.

Primero se puso la camisa negra, le quedaba pegada así que fácilmente se notaban los músculos de sus brazos y la trabajada espalda que poseía.
Aún no muy seguro se puso las dos piezas.

Decidió no ponerse sus típicos anteojos redondos así que optó por sus lentes de contacto.

Se miró al espejo y vaya que quitarse los lentes lo hacían ver como una persona diferente.

- Te ves jodidamente sexy.

Harry pegó un brinco por el susto, Zayn estaba en la entrada de la habitación mirándolo y haciendo una seña de que se le veía bien el traje.

- ¿Cómo demonios entraste a mi casa? - el ojiverde se llevó una mano al pecho, había sido un susto de muerte.

- La puerta estaba entreabierta, ten mucho cuidado porque alguien puede robar tus cosas. - se alzó de hombros.

- Claro y por eso entraste. - habló irónico. - Como sea, ¿nos vamos?

Alisó con sus palmas el saco.
Zayn asintió y ambos se dirigieron a la lujosa residencia del ojiazul.
Había demasiados autos lujosos en la entrada y Harry pensó que ni con todo el dinero que ganaría toda su vida podría comprar un auto así.

Ambos hombres bajaron del móvil, se dirigieron a la entrada fueron recibidos por Louis.

Louis inspeccionó a Harry sin importarle la discreción.
La camisa negra resaltaba en contraste con el saco y el pantalón rosa.
Miró de reojo que la camisa estaba semiabierta dejando al descubierto los dos tatuajes de golondrinas que tenía el pecho.

«No sabía que también tenías tatuajes» pensó Louis, no quería decirlo en voz alta porque Harry se daría cuenta que le estuvo mirando el torso.

- Bienvenidos. - abrazó a ambos pero tardó unos segundos más abrazando a Harry para poder olfatear la colonia que usaba;

Cedro y un toque de vainilla.

Era diferente a las colonias que había olido en las demás personas que antes había abrazado.
Las otras eran demasiadas olorosas y fuertes. Muy varoniles.

Pero Harry olía perfecto.

Zayn y Harry entraron y ahí fue donde Louis cayó en cuenta que el ojiverde no llevaba anteojos.

¿Acaso se podía ver aún más atractivo?

Y Louis tampoco se quedaba atrás, un fino y elegante traje negro con unos desapercibidos brillos adornaba su cuerpo.

Tal vez era idea de Harry pero esos brillitos hacían que los ojos de Louis se vieran aún más azules.

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𝑲𝒊𝒏𝒅𝒆𝒓𝒈𝒂𝒓𝒕𝒆𝒏 [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora