stardust Road

20 3 11
                                    

¿Cuando fue la última vez que había mirado el camino de polvo de estrellas?

No lo recuerda.

Sin embargo ahora que tiene la oportunidad no puede dejar de sentir angustia y miedo, luego de que los orígenes lo sacaron de su cautiverio. Le lavaron la cara, cambiaron de ropa y  curaron su piel para que se viera lo más presentable posible. 

Lo sentaron en una silla al frente mirando el camino de las estrellas

—Ryoken, ¿estas en casa? 

Alguien lo llama, quiere gritar, pero no puede. Lo vuelven a llamar dos voces más. Las conocia perfectamente de quien pertenecia esas voces.

tenemos varias semanas tratando de contactarme, Spectre y tu no han contestado los mensaje, ¿Dinos como estas?,¿Como ha estado el doctor Kogami?

"Corran, esto es un trampa"  piensa. Comienza a luchar contra las ataduras. El sonido de una silla cayendo hizo que se detuvieran,  pero todo es demasiado tarde.

Salpicaduras y golpes secos, así como aparecieron los gritos, desaparecieron. Ryoken lloró en silencio el como ahora estaba completamente a la merced de ellos.

El sonido de una caída en seco lo saco del mutismo, lo levantaron; miro a todos los chicos del proyecto Hanoi y lo que quedó de sus hermanos. 

Uno de los origenes descubre su boca y dejan que mire  lo que tenían en sus manos. 

—sorpresa, niño bonito ¿Te gusta tu regalo?

Ignora la sangre que goteaba a los seis origenes o las piezas esparcitas en toda la sala. Lucho contra las cuerdas aún cuando dejaba marcas sobre su piel. Logra romperlas e ignorando el dolor de sus piernas, se arrastro hacia el trío de cabezas que rodaban a su dirección.

—Aso, Kyoko, Genome. Lo siento, lo siento.

Lanzó un grito lastimero mientras se despedía por última vez de sus hermanos. No era el joven que le habían infligido todo esas heridas el que lloraba, no, era el niño roto que tenía una deuda desde hace 10 años el que se despidió por última vez de su familia.

Ryoken dejo que vieran finalmente cuanto lo habían lastimado.

Continuara...

Uindā SeibraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora