Tu Y Yo (Faberry)

Epílogo: criminal

Esto no fue una sorpresa en McKinley High. Rachel Berry camina alrededor del brazo de Quinn Fabray por los pasillos se estaba volviendo cotidiano a medida que pasaban los días. Entonces, esa mañana, casi nadie abrió mucho los ojos cuando las dos chicas entraron por la puerta principal de la escuela.

Rachel tenía esa tradicional sonrisa de 1000 vatios en su rostro, abrazaba la cintura de Quinn y sus dedos pasaban por debajo de la tela de la camisa de la rubia. La ex-cheerio, en cambio, estaba tan radiante como ella. Para sorpresa de todos, la rubia había mantenido la mirada más agresiva, solo que una leve sonrisa apareció en sus labios mientras abrazaba los hombros de la morena y le acariciaba el cabello.

Algunas cabezas se volvieron hacia ellos, pero nada comparado con los otros días. Quinn llevó a Rachel a su casillero y sintió un tedioso frio cuando el pequeño cuerpo moreno se separó del suyo para guardar el material, Rachel la besó en la mejilla y dijo:

- Espero que no se meta en problemas hoy. Tu madre confió en mí para mantenerte a raya.

Quinn soltó una risa ronca y rugiente, apoyándose casualmente en el casillero  junto a Rachel. Acarició la mejilla de su chica y murmuró seductoramente:

- Nadie me va a encaminar, Berry. Soy indomable, como una leona.

- ¿Nadie? - preguntó Rachel con malicia, poniendo los libros en el armario y parándose frente a Quinn. En el siguiente minuto, los dedos de Rachel recorrieron el abdomen de Quinn y describieron patrones aleatorios en la tela. Quinn se mordió el labio cuando sintió que Rachel se acercaba y su cálido aliento en su oído. - ¿Ni si quiera yo?

- Mucho menos tú, Rach. ¿Olvidaste que me gusta tener las cosas bajo mi control? - preguntó Quinn con saña, antes de cepillar el cabello del cuello de Rachel y pasar suavemente los dientes por allí. La morena gimió en sus brazos y sonrió. - Pensé que estabas a favor de dejarme todo a mí.

Rachel se alejó de ella sin aliento, mirándola con reproche mientras Quinn sonreía descaradamente y jugaba con unos mechones marrones. Quinn continuó mirándola y Rachel se sonrojó, extremadamente avergonzada. La morena hizo un puchero que causó aún más risas en Quinn y luego, a regañadientes, sonrió y acomodó su cuerpo junto al de Quinn. La rubia besó la parte superior de su cabeza morena mientras sentía a Rachel respira cerca de su cuello.

Las dos se quedaron así hasta que sonó la campana, recibieron algunas miradas curiosas, pero nadie más se atrevió a comentar después de que Quinn tomara represalias contra las provocaciones de algunos futbolistas en los primeros días. Las dos caminaron por el pasillo hacia la clase. Los miembros de Glee sonrieron cuando las vieron juntas y saludaron, pero fue Jacob Ben Israel quien más sorprendió.

El nerd, al pasar junto a Quinn y Rachel, tuvo la audacia de echar un segundo vistazo a las bien formadas piernas de la morena. Quinn lo atrapó y se detuvo en medio del pasillo, Rachel la miró y preguntó preocupada:

- ¿Qué pasó querida?

-Creo que será mejor que empieces a cubrir más esas piernas.- Quinn gruñó salvajemente entre dientes, sin siquiera mirar a Rachel. La morena arrugó la frente, confundida y recibió una mirada furiosa de Quinn. - Porque voy a tener que sacar unos ojos ahí fuera, nadie mira lo mío dos veces.

Rachel jadeó, sonaba loco, pero amaba esa posición depredadora de Quinn. La morena sintió un calor en su cuerpo y cerró los ojos, tratando de calmarse. Quinn, a su vez, marchó directamente hacia Jacob que caminaba por el pasillo. La rubia tiró de él por la mochila y tirándolo al suelo, siseó:

- ¿Te perdiste algo ahí atrás, Jacob?

El chico tragó saliva cuando sintió los fríos ojos de Quinn estudiándolo con dureza y furia. Algunos estudiantes que iban a las aulas dejaron de hacer lo que estaban haciendo para admirar la escena. Rachel abrió los ojos y corrió hacia donde estaba Quinn, tratando de calmar a su novia.