𝙮 𝙚𝙣𝙩𝙤𝙣𝙘𝙚𝙨, 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙢𝙚 𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙚𝙨𝙤 𝙢𝙞 𝙛𝙡𝙤𝙧 || 02

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Segundo acto;

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Segundo acto;

El invasor que dejó las camisas caras a un lado.

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—¡¡Se acabo!!. ¡Me niego a seguir coexistiendo con alguien tan inútil como tú!.—.

Aquel bellísimo jarrón de porcelana coreana cayó al suelo, rompiéndose en miles de pedazos, ensuciando el piso con la tierra que mantenía viva aquella hermosa flor de Orquídea. Los fragmentos blancos se deslizaron hasta sus pies desnudos, amenazando en que si daba un paso, lo cortarían. La mujer frente suya había tomado uno de sus bolsos de viaje hecho de cuero, junto a otras cosas, diciendo que su bolso había desaparecido y por eso se llevaba uno de él. Aunque sabía porque lo había tomado, porque le había gustado desde un inició. Metía su ropa en eso; empacaba sus cosas. No quería recordar el porqué inició la discusión, aunque tampoco parecía prestar atención en como Liara tiraba al suelo todo de su escritorio, buscando las llaves de la moto, reclamando el vehículo como suyo. Entre tantos gritos, insultos y maldiciones, él seguía observando con tristeza y amargura aquella hermosa flor en el suelo, con los pétalos dañados, el tallo ayudando a que la cópula diera hacia arriba, como si ambos se estuviesen viendo a los ojos.

Quiso llorar.

—¡Y espero te despidan, atropellen o te quiten el departamento los de la hipoteca!.—. Escuchó a sus espaldas, pero seguía sin importarle. Aquella mujer estaba furiosa, y suponía, como en casi todas sus relaciones fallidas, el culpable había sido él.

No sé iba a victimizar, era lo que menos quería. Pero no se podía permitir ser débil en un momento así.

—Las llaves... damelas.

—¡¿Ahora que coño quieres?!.—. Le gritó ella, entre una diminuta pizca de nervios.

—Del apartamento... Damelas.

liara chistó,  murmurando diferentes blasfemias en dos idiomas a la vez. Buscaba en su cartera las benditas llaves con correa de doraemon que tenía y eran su antigua copia.

Eran.

Le lanzo las llaves al suelo, estas chocaron con el talón de sus pies. Estaba triste, sentía que todo aquello pudo haberse evitado, si tan solo él hubiese cambiado. Sabía que era alguien difícil, su misma madre se lo decía antes de dormir, pero no de mala manera.

Sus amigos, aquellos que en su infancia le molestaban y acosaban con la excusa de que era por su "Sosa" manera de ser eran en parte un gramo más en la balanza, apuntando al hecho de qué también era su culpa por no ser un poco más "interesado" ni motivado, su quirk tampoco ayudaba mucho. Relaciones frustradas, compañeros hipócritas, comparaciones de su persona con los héroes de hoy en día. Se dijo a sí mismo que no lloraria por la flor, ni por su ruptura. Se convencía en que, a media noche, ella volvería, y el se habría forzado a reprimir bastantes cosas, pero lo lograrían. De que lo de ambos cambiaría, y lograría ser feliz.

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⏰ Última actualización: Jun 03, 2021 ⏰

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