Donde Jeon Jungkook sólo quiere pintar a su amor con todos los colores, y Park Jimin es un tonto chico daltónico.
«Jimin ignoró que hay colores hasta en las sombras del blanco, y Jungkook se olvidó que su mundo no era tan blanco y negro como él pens...
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Había tomado el valor de ir al cementerio esa misma tarde, pero ya se estaba arrepintiendo. Sus manos temblaban mientras se aferraba al ramo de flores que había comprado mientras miraba la pantalla de su celular, pensando en llamar a Jin.
Estaba lloviendo un poco, el cielo estaba nublado y las calles tenían un aspecto melancólico; gris. Quizás porque el cementerio estaba a menos de una cuadra de allí. No sería alegre vivir tan cerca de un lugar tan triste. Tan negro.
Inhaló temblorosamente, escuchando la campana de la floristería abrirse a sus espaldas. No se había atrevido a moverse de su lugar después de salir con claveles blancos de la tienda.
—Oh, ¿Jimin? —Escuchó como alguien pronunciaba su nombre con voz dulce.
Se volteó casi al instante, mirando a ese castaño cuyo nombre no sabía a pesar de haber coincidido un par de veces ya.
—Hey —Habló bajo.
—¿Qué haces aquí? ¿Vas al cementerio? —Se acercó, ladeando su cabeza con curiosidad y un poco avergonzado por encontrarse a Jimin ahí.
Ah... No le daría un respiro a su pobre corazón ¿eh?
—Oh, no, yo... Bueno, quizás... Pero... —Tartamudeó incoherencias.
—Hey, hey, está bien, no hace falta que me cuentes —Le sonrió.
Jimin miró esa bonita mueca en los labios del contrario, intentando imaginar con qué colores estarían pintados sus labios. ¿De rojo, como los de su madre? ¿De rosa, como los suyos? ¿O quizás de azul? Porque esa tarde hacía bastante frío.
"—¿De qué color es el cielo, mamá? —Preguntó Jimin, con tan sólo 15 años.
Nunca había sentido interés en los colores de su alrededor, pero aquella ocasión, sentados en una banca en algún parque de Busan, la curiosidad le había ganado.
La mujer le miró y sonrió.
—Es azul, cariño.
—¿Y las hojas de los árboles?
—Verdes.
—El tronco es más oscuro que el gris de las hojas, ¿es verde oscuro?
—El tronco es marrón, Jimin.
—¿De que color en mi cabello? —Apuntó su cabeza.
—Rubio. Como amarillo, pero para el pelo —Intentó explicarle.
—¿Y el tuyo?
—Soy rubia, como tú. Tu papá tiene el cabello castaño, del mismo color que tu ojo derecho, el café. Has heredado el color de mis ojos en el izquierdo —Acarició su cabeza con cariño.
—¿De qué color es la piel?
—Existen mucho colores diferentes; Nápoles rojizo, claro u oscuro, marrón, claro u oscuro... Algunas veces, si las personas se ponen enfermas, se quedan blancas. Si comes muchas zanahorias, tu piel se pondrá naranja. Si tienen mucho frío sus labios se ponen azules y si no pueden respirar se vuelven morados.
—¿De qué color son los labios cuando no tienes frío y puedes respirar?
—Pues...Yo pinto mis labios de rojo, pero tú no lo pintas, así que son rosados..."
Su corazón dolió.
Volvió a centrar su atención en el chico frente a él, que lo miraba con una ceja alzada.
—Bueno, quizás... Debería irme, ya sabes. Te dejo con lo tuyo —Se despidió con la mano, y se dispuso a irse pero alguien agarró la manga de su abrigo.
Volteó con extrañeza, viendo a Park Jimin con la mirada baja, mordiendo su labio y con los ojos brillantes.
—Si... Si no tienes nada que hacer, ¿pu-puedes acompañarme al ce-cementerio? —Preguntó en voz baja, sorbiendo su nariz.
Jungkook apretó sus labios, quitando el agarre del mayor de su prenda y tomando su mano entre las propias.
El rubio se ruborizó ante la cálida sensación, demasiado desconocida para él. Entonces, Jungkook respondió:
—Por supuesto.
Jimin sintió menos miedo de ir a ese lugar ahora que estaba acompañado.
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