Cap 5

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Hay oportunidades cortas que se te dan. La felicidad la vives en cada segundo, en cada sonrisa. El amor es una fuerza increíble: te protege, te destruye, te calma, te enloquece, te mantiene y luego... simplemente se queda para siempre en ti.

-No estoy segura de querer seguir sin ti.

-No digas eso. Estoy segura que te quedan muchos años y no sabes lo feliz que seré en el momento que tengas el cabello más blanco que estas sábanas y tu hijo te diga que tendrás un par de nietos gemelos y tú sonreirás y sentirás que ha llegado el momento de reunirnos de nuevo. Lo he visto.

-Yo quería compartir eso contigo.

-Yo estaré contigo todo el tiempo, cuidándote y lo sentirás. Me sentirás.

Wanda la miró sin saber qué más hacer. Su interior era una tormenta, miles de palabras, de besos y de momentos revoloteaban en su mente.

Era Natasha, la persona que más había amado, la persona que le ayudó de manera increíble a superar los miedos y las limitaciones que antes tenía en su mundo; la persona con la que soñó en algún momento que podía formar una familia, que podían viajar a cientos de lugares, la que le iba a escribir un libro una vez hubieran vivido eso y más.

Buscó dentro del bolsillo de su pantalón mientras sacaba el anillo desde su interior. Siempre lo llevaba con ella a donde fuera. Le hacía sentir cercano a la promesa que había querido hacerle a la rusa y que no había tenido la oportunidad de hacerle.

-Te amo, Natasha Romanoff. Te amé desde que hiciste que mi mundo estuviera en paz, desde que me temblaron las piernas. Amé cada pieza de ti; tu mente era un lugar tan grande que a veces me sorprendía hasta dónde podías llevarme. Tu enorme corazón, me hizo ver toda la humanidad que hay en ti. Fuiste, eres y serás el amor de mi vida. Quiero llevarte siempre en mí. Esta es una promesa de mi amor, que siempre te pertenecerá.

El pequeño diamante del anillo deslumbró en la habitación con la tenue luz de la luna. Las dos chicas en la habitación permanecieron en silencio mientras no apartaban sus miradas. De repente sus sonrisas afloraron en sus labios.

-Me hiciste muy feliz, Wanda.

Wanda tomó la mano de Natasha mientras ponía el anillo en su dedo anular. Las lágrimas ahora de felicidad cubrían el rostro de la castaña.

No se necesitaron más palabras aquella noche. Las dos chicas se dedicaron miradas entre si mientras mantenían sus manos unidas, de vez en cuando se dedicaban sonrisas. Hubo un momento que los sucesos de la noche y la paz recién descubierta obligaron a Wanda a cerrar los ojos mientras se sumía en el sueño. Natasha miró en su mano el pequeño anillo.

-Te amo - hubo un pequeño susurro de Wanda.

** ** **

-Te lo juro, esta chica no dejaba de hablar acerca de las vacaciones de verano. La playa, el mar y no sé qué cosas más. Es un poco parlanchina pero me agradó, debes conocerlo - Clint le contaba a la castaña mientras esperaba que la sokoviana sacara los libros de su casillero y salir lo más pronto de la escuela.

Wanda sonrió.

-¿Así que ahora te agrada otra persona aparte de mí y tú mismo?

Clint rodó los ojos.

-No está mal ser sociable un poco, Maximoff, ¿eh? - Clint dijo en tono de broma mientras se recargaba el casillero al lado de Wanda.

-Sabes que no soy ese tipo de personas. Ni siquiera puedo tener una conversación normal cuando tengo un compañero de trabajo. Sabes cómo termina.

Estaré bien; ScarletWidowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora