8- No es mí tipo.

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Alai
Alonso me trajo hasta mi piso, quería ducharme y en su casa no podía hacerlo porque ahí no tenía mi ropa interior y mis mil cremas para rizos. Además me sentiría más cómoda haciéndolo en mi casa.

Me duche rápidamente, el agua caliente me relajaba. Afuera hacia mucho frío.

—Alai, tu teléfono no deja de sonar. –Dijo Alonso entrando al baño.

—¿Qué te pasa demente? ¿Podrias darme un poco de privacidad? –Dije asomando mi cabeza por la cortina, con cuidado de que no se me viera nada. —Dejalo así, debe ser mamá, a esta hora llama todos los días. Ya después le marco yo.

Pero ya era tarde, escuché la puerta cerrarse y tras de ella Alonso hablando con mamá. Maldito confianzudo. Estoy segura de que enloquecería, me haría un interminable cuestionario cuando la llame. Solté un largo suspiro.

***
Terminé de aplicarme mis cremas y procedí a abrigarme, lo último que quería era pescar un resfriado.

—¿Nos vamos? –Le digo mientras busco mi billetera y saco algo de dinero.

—Por fin, casi me duermo esperándote.

Yo volteo los ojos y el ríe. De verdad amaba molestarme. De repente la puerta se abre y los dos nos giramos al mismo tiempo.

—ALAI PORAMORDEDIOS, DÓNDE ESTABAS, POR QUE NO ME AVISASTE NADA. ESTUVE APUNTO DE REPORTARTE COMO DESAPARECIDA. -Dijo Annie corriendo hacia mí, me abrazo con todas sus fuerzas.

Genial, no tengo a mamá pero tengo a Annie, es igual o peor de exagerada.

—Esta niña estaba muy mal anoche, no paraba de vomitar, la llevé a casa y cuide de ella. –Respondió Alonso por mí.

Ella hizo una mueca de horror -IMBECIL, QUITA LAS MANOS DE MI CHICA. OH NO, NOPUEDEESTARPASANDOESTO ¿CÓMO PUDISTE LLEVARTELA BORRACHA? JURO QUE SI LE TOCASTE UN SOLO PELO SIN SU PERMISO TE MATARÉ. ES MI CULPA. ALI PERDÓN, FUI YO LA QUE DEBÍA CUIDARTE. SOY LA PEOR AMIGA DEL MUN...

—¡Annie! –La interrumpo con vergüenza, en mis mejillas sentí el calor. —No hicimos nada Annie, tranquila, yo le pedí que me lleve a su piso. No pasó nada que yo no quisiera.

Alonso no podía dejar de reírse, miraba la escena con mucha diversión.

Tuve que explicarle a Annie por qué termine ahí, a donde mi iría ahora y asegurarle que no había pasado nada malo.  Aunque sentí un poco de vergüenza, me gustó cómo se preocupó por mí, definitivamente me recordó a mi madre.
Me despedí de ella con un abrazo y por fin, nos dirigimos al piso de Alonso.
***
—¿Estás seguro que es una buena idea? Mira que no pienso quedarme sin cena por ti. –Le reproché.

Él me miró mal. —Te prometo que sí, a lo mejor solo te intoxicas un poco pero nada grave. No vas a morir o algo por el estilo. –Me aseguró riéndose.

Para explicar la situación: Él insistió en preparar la cena y yo realmente tenía mucha hambre. Así que lo tenía bajo amenazas, mi cena dependía de él.

La verdad la cocina no es lo mío, así que yo me dedicaba a mirar. Digamos que él tampoco me dejaba ayudar.

—Y, ¿Qué tal Max? –Me preguntó haciendo que me atragante con el agua que estaba bebiendo.

Max, maldita sea. Me había olvidado de él.

Y es por eso, amiguitos, que nunca debemos estar con alguien de la misma clase. Es la regla inviolable.

—Mejor dime tú, ¿Qué tal Lila?

Él frunció el ceño y miro hacia otro lado confundido, como si estuviera tratando de recordar algo.

—¿Lila? Así se llama. Mmhm, pues nada, no es mi tipo.

—Entonces lo mismo digo, ¿Max? Mmhm, nada. No es mi tipo. -Dije imitandolo.

—De la forma en que te tragaste su lengua puedo asegurar que es tu tipo.

Abrí los ojos como plato, y me tape la cara en vergüenza.

—Por Dios, ¡no me lo recuerdes! Efectos de la borrachera. Ya me estoy arrepintiendo de haberlo hecho.

—A mí me hubiese gustado besar a alguien. –Dijo dejando de cortar las verduras y mirándome fijamente.

—¿En serio? ¿A quién? –Miré fijamente sus ojos, tratando de buscar una mueca, una mirada o un gesto que lo delate

Y como era de esperarse, apartó la mirada y siguió cortando las verduras. Cambió de tema rápidamente. Fue como si hubiese salido del transe de sinceridad.

Bueno, esta sería una larga noche

Mi amor de universidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora