4- Ojos verdes

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Alai

Me desperté por el sonido de la puerta. No paraban de tocarla. Mire el reloj: 8 am. Mire hacía mí costado, Annie dormía profundamente, parecía no inmutarse por el sonido de la puerta.

Me puse en pie y abrí la puerta.

—Buenos días bella durmiente. –Dice Alonso con una espléndida sonrisa. -Bonito pijama.

Me miro y veo mí pijama de Bob esponja, genial, súper sexy frente al chico más atractivo que vi en mí vida

—Callate y pasa.

—Wow, creo que Ali no ha dormido bien. Luego soy yo el del mal humor. –Dice riendo. —Te traje café.

—¿En serio? Retiro lo dicho antes, ahora eres mí salvación. –Le digo dándole un fuerte abrazo. —Voy a cambiarme, ya vuelvo.

—¡INTERESADA! –Grita él entre risas.

Al salir del baño encuentro a Alonso y Annie hablando en la mesa, Annie se veía adormilada, estaba despeinada y bostezaba cada 3 minutos.

—Por fin saliste del baño, pensé que te fuiste por el inodoro. –Dice Annie.

Los tres reímos, me acerco a Alonso y me siento junto a él.

—Asi que dime, niño bonito, ¿Se puede saber cuál es la causa de tu buen humor?

—Oye, me ofendes. Mí humor es así todos los días.

Yo encarco una ceja.

—Bueno, bueno. Lo acepto, solo algunas veces. –admite y río ante la confesión. —No lo sé, solo quise traerte el desayuno, mañana comienzo con los exámenes así que es probable que hoy y mañana no podamos hacer nada.

Mí corazón se derrite, sabe que no vamos a vernos en lo que resta de la semana y aprovechó el último momento en mí...BASTA TONTA ALAI, SOLO LO HACE COMO BUEN AMIGO.

—Me parece bien, veo que soy un poco extrañable para ti. –Digo y le doy una sonrisa burlona.

—Pues veo que si, la verdad pensé mucho esto antes de traerte el café porque no quería que pensaras que soy un maldito acosador, o como uno de esos exs obsesionados que ambos tuvimos, ya sabes, no quiero ser como ellos. Digo, bueno, ellos eran tus novios, no digo que quiera ser tu novio. Es decir tu ex. No sé si comprend...

—Alonso, ya, es suficiente ya entendí. –Digo aguantando la risa ante su nerviosismo. —Muchas gracias, de verdad necesitaba este café.

Conversamos un rato, íbamos tan bien compartiendo nuestro café. Cuando estaba con él las horas pasaban rápido. Hasta que en un momento le hice una pregunta:

—Entonces, esos ojos verdes ¿de dónde los sacaste? Sabes, son un verde que no había visto antes, tiene un poco de amarillo, y café. –Dije mirándolo a los ojos con atención.

El pareció descolocado, su sonrisa se esfumó al instante y aparto la mirada de mí rápidamente. ¿Es que acaso que dije mal?

—Creo que ya se hace tarde, ¿Tienes clases a las diez no? Ya me voy. –Dijo secamente.

—Alonso, ¿Todo está bien?

—Si alai, me tengo que ir. –Ni siquiera me dió una última mirada, solo tomó sus llaves y se fue lo más rápido que pudo.

***
Es domingo, es el cuarto día que le envío mensajes y no obtengo ninguna respuesta.
La semana transcurrió lenta, el miércoles fue la última vez que vi a Alonso, y la verdad extrañaba tontear con él. Sabía que estuvo el jueves y viernes con exámenes, pero ya era fin de semana así que decidí llamarlo.

Al tercer repiqueteo, su voz suena.

—Hola?
—Alonso, oh Dios, me tenías preocupada, pensé que no me ibas a hablar más y yo pensé seriamente que fue lo que hice mal. Dime ¿Ya terminaste tus exámenes?
—Ya deja de molestar.
—¿Eh?
—Que dejes de molestar Alai, no quiero hablar contigo ¿Ok? No pensaste que si no conteste tus 50 mensajes anteriores era porque no quería hablarte?

Colgué la llamada al instante y me tumbé en la cama, mirando el techo. Eso fue duro, creo que le doy mí confianza muy rápido a las personas. Pero ya no voy a llamarlo ni mandarle mensajes, prometo no insistir más.

Mi amor de universidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora