Permítanme presentarme, mi nombre es Perth Soy lo que ustedes llaman demonio; un espíritu del mal que corrompe los corazones de los mortales. Desde el principio de los siglos me han asociado con la lujuria, en concreto con la lujuria que los hombres sienten por otros hombres.
Soy un demonio, en concreto, el demonio culpable de que el hombre desee a su mismo género. El demonio de la homosexualidad me han bautizado, lo cual considero extremadamente divertido.
Otra cosa que considero divertida es, por supuesto, follar con humanos. Humanos del sexo masculino en especial. No tengo nada en contra de las mujeres; son unas criaturas deliciosas y nunca viene mal una para no caer en rutina.
Pero prefiero mil veces una polla o un culo bien ajustado. Y lo que más me gusta es justamente, convertir a un hombre hetero.
Ese placer jamás podría tenerlo con una mujer; a menos que adopte una forma femenina y trate de tentar a una hétero. Pero no quisiera ser competencia para las súcubus lésbicas que tan bien hacen su trabajo.
Durante siglos me he infiltrado en los sueños de los hombres para hacerlos gozar las más intensas sensaciones. Acorde me iba haciendo más fuerte, comencé a poseer sus cuerpos para hacerlos experimentar la lujuria más ardiente.
Pero mi manera favorita de interactuar con ellos es asumir una forma humana y seducirlos cuerpo a cuerpo.
Puedo adoptar la apariencia humana que yo quiera, a veces soy rubio y fornido, a veces moreno y elegante. Pero mi favorita, y la que mejores resultados me ha dado, es la de un hombre alto de cabello negro y sonrisa irresistible.
Y una polla igual de irresistible gracias a su tamaño y dureza.
¡Oh, cuantos recuerdos me ha dado!
Y por eso ustedes están aquí hoy, ¿verdad? Hambrientos de mis historias sucias.
Bueno, la historia que hoy tengo para ustedes, mis amados seguidores, es una bastante especial. No es una de mis tantas historias follando desconocidos en antros gay, o convirtiendo supuestos machos a los placeres de chupar una polla. No.
Esta es nada más y nada menos, que la historia de cuando Perth fue derrotado. Pero como la derrota muchas veces se siente más dulce que la victoria, es una historia digna de contar.
Antes que nada, debería educarlos sobre ciertos aspectos del mundo sobrenatural que los humanos ignoran. Para comenzar, ya habrán sospechado que yo no soy el único demonio acechando a los pobres mortales.
Si bien yo soy uno de los más antiguos y
poderosos, hay muchísimos demonios más pululando entre las sombras.Espíritus cuyo objetivo no es despertar la lujuria, sino el odio, la violencia y el miedo. En comparación con ellos yo soy bastante inofensivo, a pesar de que mi lugar en la
jerarquía es mucho más alta.Pero así como hay demonios como yo, seres que corrompen a la humanidad de diversas formas, también hay ángeles que la protegen.
Son los seres más aburridos del Universo, jurados a la bondad, el honor y el amor en la más pura de sus formas. Pero también tienen unos cuerpazos.
Ignoro por qué, debe ser alguna broma cósmica; tener semejante cuerpo para no follar. Pero la primera vez que me topé con un ángel, terminé con una calentura que tarde siglos en eliminar. Aunque me arriesgo a decir que nunca se fue del todo.