二十五

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☀⿻ꦿ

Jeongin quería arrancarse su cabello, llevaba días leyendo y re leyendo las notitas pero absolutamente nada se le cruzaba por la mente, por más que se esforzaba en pensar su mente se iba en blanco llegando a frustrarlo de sobremanera, a ese pasó nunca descubriría la identidad del chico de firma extraña, ni podría decirle su respuesta. Con un gruñido Jeongin dejó caer su cabeza con algo de fuerza sobre su escritorio arrugando de paso las notitas que se encontraban sobre éste, no le importó que le doliera el golpe, solo quería que algún pensamiento le diera la respuesta para llegar a su acosador.

Un chillido estrambótico hizo que el pelirojo saltara de la silla y cayera de espaldas a el suelo, soltó un quejido adolorido mientras se ponía de pie y acariciaba su cabeza por detrás, busco con la mirada a el dueño de ese chillido sobrenatural digno de el engendro de un demonio y su ceño se frunció al dar con el responsable de su susto y golpe, era "Kashi" el gato de su vecina se encontraba sentado justo frente a la ventana de su habitación moviendo la cola de un lado a otro, el animal llevaba semanas atormentando a Jeongin con sonidos sumamente extraños y escalofriantes.

- Maldita bola de pelos obesa, ¡YA ES LA CUARTA SEMANA QUE LLEVAS MOLESTANDOME!.- gritó Jeongin hastiado mientras señalaba al mínino que lo ignoraba olímpicamente.

Se acercó a zancadas hacía la ventana y abrió ésta listo para tomar a la mascota de su dulce vecina Suni y llevarlo de vuelta. Suni una dulce ancianita de ya unos sesenta a setenta años aproximadamente era abuela de dos gemelos y Minho siempre que horneaba uno de sus deliciosos manjares le ofrecía a Jeongin junto a una humeante taza de té verde, realmente aquella mujer era un amor de persona como para tener de mascota a un demonio. El chico bajito se pusó en posición para atraparlo pero el gato saltó a la acera inmediatamente al ver con que intenciones Jeongin se acercó, el pelirojo solo bufó mientras murmuraba un "cobarde" y cuándo fue a cerrar la ventana escuchó como alguien gritaba su nombre desde abajo, aquella voz familiar.... los ojitos de Jeongin brillaron e inmediatamente se asomó y pudo ver que se trataba de la misma persona la cuál esperaba, Hyunjin, pero esté tenía las manos ocupadas por bolsas.

¿Bolsas?

Entonces el bajito tuvo un bucle de recuerdos y recordó que hace días atrás había acordado con el pelinegro para probar su comida ese día, entonces de inmediato cerró la ventana y a tropezones se colocó sus pantuflas de patitos para abrirle la puerta a su invitado favorito. Cuándo abrió la puerta el chico bajito se enganchó de el más alto como si se tratara de un koala.

-Jinnie hyung~.- canturreó Jeongin con una sonrisita infantil.

El chico pelinegro sonrió ante la ternura que el pelirojo desprendía, definitivamente era un bebé Koala que debía ser protegido y mimado. Con cuidado Hyunjin cambió una de las bolsas a su otra mano para poder acariciar la suave cabellera de Jeongin.

- Yo también te extrañé Innie.- informó con voz suave a su menor.

Jeongin al escuchar las palabras dichas por el mayor ocultó de inmediato su rostro en las costillas de éste para que no viese su sonrojo, su corazón latía desenfrenadamente eso lo estaba comenzando a asustar un poco sentía que en cualquier momento se le saldría. Hyunjin con cuidado comenzó a caminar aún con el menor enganchado, posiblemente estaría así por unos minutos más, ya se había vuelto una costumbre.

Con algo de esfuerzo el pelinegro pudo llegar hasta la cocina, dejo escapar un suspiro y colocó las bolsas sobre la isla de la cocina mientras que Jeongin se soltaba de él con una pequeña sonrisita. Hyunjin se limitó a sonreír de vuelta a la vez que sacaba de una de las bolsas su delantal y se lo colocaba para finalizar atando los hilos.

𝐂𝐫𝐮𝐬𝐡 𝐎𝐧 𝐘𝐨𝐮 | 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧 (𝘢𝘥𝘢𝘱𝘵𝘢𝘤𝘪ó𝘯)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora