𝐂𝐫𝐮𝐬𝐡 𝐎𝐧 𝐘𝐨𝐮 | 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐢𝐧 (𝘢𝘥𝘢𝘱𝘵𝘢𝘤𝘪ó𝘯)

十四

𝑺𝒊𝒄𝒌 𝒃𝒂𝒃𝒚
(2/2)

⛅⿻ꦿ

Como el día anterior había amanecido húmedo y frío, la lluvia caí con fuerza las ventanas de aquella habitación que se encontraba únicamente iluminada por una pequeña lámpara en forma de huevo que cambiaba de colores, bajo la tenue luz se podía percibir un ovillo cubierto de sábanas temblorosa.

Bajo aquella gruesa sábana el pequeño cuerpecito de Jeongin se deshacía en temblores, su respiración estaba agitada el dolor de cabeza lo estaba matando y su cuerpo ardía, pero tenía frío como para deshacerse de las mantas en las que se encontraba envuelto, se sentía horrible, tal vez ese era el día en el que moriría o al menos eso pensaba el pelirojo, "mierda" pensó, se sentía fatal así no podría ir a estudiar y ver a Jinnie....Jinnie en esos momento Jeongin sintió la necesidad de llorar, estaba tan entusiasmado porque ese día llegara y la vida le pagaba así.

El pelirojo tomo su celular tomando una clara decisión, bien no quería dejar plantado a Hyunjin y mucho menos quería que lo esperara, se sentiría muy mal, entonces le envió un mensaje notificandole que no podría ir porque se sentía horrible. Luego de enviar el mensaje el chico bajito dejó con algo violencia su móvil sobre la mesita de noche su cabeza comenzaba a doler otra vez y no podía levantarse de la cama por más que quisiera, se sentía pesado.

♡ ·˖*

Hyunjin corría rápidamente entre la multitud esquivando a las personas evitando chocar contra ellas, bueno la prioridad era la medicina y otras cosas que se encontraba en la bolsa que cargaba, todas esas cosas eran para Jeongin, luego de que el pequeño chico de ojos de zorro le hubiera notificado y hablado sobre su estado Hyunjin no pudo evitar sentirse angustiado, incluso en las clases no lograba concentrarse y pensaba en todo lo malo que le podría pasar a su crush así que cuándo dió la hora de salida el chico pelinegro salió disparado para salvar a su bebe.

Unos golpes de la puerta hicieron que Jeongin se moviera de la cama por fin, el chico bajito quitó las cobijas que cubrían su pequeño cuerpo, se colocó sus pantuflas de Totoro sin preocuparse por su aspecto físico caminó hasta la puerta y abrió ésta llevándose una sorpresa, era Hyunjin, Jeongin al menos se esperaba la visita de otro de sus amigos menos de el pelinegro, quién atinó a reír suavemente al ver el cabello del pelirojo hecho un tierno desastre.

Una pijama afelpada de un suave color celeste pastel con estampados de conejitos cubría el cuerpo del chico más bajito, los ojos de Hyunjin viajaron de pies a cabeza analizando al chico que tenía en frente y se pudo fijar en un pequeño y lindo detalle, las mejillas de Jeongin se encontraban pintadas de un suave tono rosa y el chico bajito no se atrevía a mirarle y estaba seguro que en esos momentos sentía vergüenza ajena y eso sólo le provocaba más ternura al alto.

♡ ·˖*

Y

a Jeongin se encontraba listo para tomar las medicinas, luego de aquel vergonzoso momento Hyunjin había decidido romper el hielo y luego de intercambiar unas cuántas palabras Jeongin le había dado el pasé. Inmediatamente el pelinegro había baldeado al más chico con preguntas y había tocado su frente y comprobado su temperatura con un termómetro que había comprado también en la farmacia e incluso lo arrastró al baño para que tomara una ducha de agua templada y le bajara el calentón.

Luego de aquella relajante ducha, Hyunjin se encontraba secando el suave cabello de Jeongin con la secadora, de vez en cuándo aprovechaba la situación y acariciaba aquella cabellera, suave y sedosa que desprendía un delicioso y delicado aroma a fresas y por otra parte Jeongin disfrutaba de esas caricias indiscretas que le brindaba el contrario, le provocaban un calma y seguridad totalmente inefable, algo que ni el mismo podía comprender ni explicar, realmente Jeongin se sentía raro su corazón latía desenfrenadamente y sentía un enjambre de mariposas desatarse en su pancita, tal vez todo era por el simple hecho de que siempre que pescaba un resfriado debía cuidarse el mismo, sus amigos se preocupaban y le ofrecían de su ayuda pero realmente Yang no quería agitarlos mas, ya que casi todos sus amigos no eran hijos únicos, sino que tenían responsabilidades como hermanos mayores.