Planetaria

IV Gianna Part. 1

Ayles

Salí de la habitación furiosa y dolida por el comentario de Aurora, no puedo creer que haya olvidado por completo el día de mañana, lo importante que es este, lo que significa.

Entro en mi habitación y voy directamente al Joyero de mental encima del tocador, lo tomo entre mis manos mientras me dirijo hacía la ventana a mirar el extenso espacio que se abre frente a mis ojos, saco con delicadeza el pequeño collar de plata y lo admiro por unos segundos que se llenan de recuerdos hasta que una voz me saca de mi burbuja.

-¿Estas bien?- volteo a mirar al hombre más he admirado con toda ánima, teniendo una pequeña sensación de familiaridad en el pecho. 

-Sí, solo es duro- digo mientras él se acerca a mí y posa su mano en mi mejilla mirándome con esos ojos tan tiernos.

-¿Qué tienes aquí?- pregunta viendo el joyero entre mies manos.

-Lo usare mañana como todos los años- le respondo mientras le muestro el collar.

-No crees que Aurora quedra usar el suyo- dice el mientras me dirige a sentarnos en la cama.

-No sé, ni siquiera sé si recuerda que existe, yo me encargue que no pensara en eso, de que no pensara que le hacía falta algo- dije mirando la pequeña L de metal en mis manos.

-No crees que por eso no recuerda que día es mañana- dice el mientras toma mis manos para que lo mire. 

- Puede que tengas razón solo que me siento culpable ¿sabes? por todo- le rspondí con la tristeza y el dolor reflejado en mi voz.

-Cariño, eres la mujer más fuerte, lista y dedicada que conozco, tu no tuviste la culpa de nada de ese día, nadie la tuvo- dijo mientras me daba un beso en la frente, llenándome de su amor.

-Sabes, si le llevare su collar tal vez así sienta una conexión más fuerte con el día, con lo importante que era y es para nosotras haber pertenecido a esos hermosos momentos- dije mientras sacaba el otro collar del joyero- iré a dárselo- dije mientras me ponía de pie dirigiéndome hacía la puerta.

-Hey- dijo Daniel antes de que atravesara la puerta de inmediato  volteé a mirar lo- Te amo- dijo con una sonrisa.

-Y yo a ti- dije devolviéndole la sonrisa, sintiendo nostalgia en el corazón.

Camino nuevamente hacía la cocina, por el extenso pasillo, mirando las paredes llenas de dibujos que hicieron los niños durante los años y no puedo evitar sentir como se apreta mi corazón y duele mi ánima al saber que crecieron separados de sus otras dos mitades, al terminar el pasillo oigo voces en la cocina de Jo y Aurora.

-... la vida que llego a tener en la tierra fue infeliz y que por eso no lo habla que no le gusta esa parte de su vida y todo lo que tenga que ver con ella- escucho decir Aurora con tristeza en su voz.

-¿Es por eso que cuando eras niña quisiste cambiarte el apellido?- le pregunto Jo con ese tono tierno que tanto la caracteriza con cuestionamiento en su voz.

-En parte, mamá nunca mencionaba a mi padre y mucho menos a mis hermanos, pensé que no soportaba hablar de ellos por el dolor pero después durante los años cuando se acercaba el aniversario siempre hacía su discurso o sus homenajes por las personas de la Isus y por las del complejo y hablaba como una sobreviviente no como alguien que perdió a sus seres amados, en un discurso dijo: Ese día todos perdimos vidas extraordinarias pero yo estoy tranquila porque están descansando en el empíreo al final de las estrellas y lo único que necesito en el orbe entero está aquí conmigo, lo dijo como si no hubiera perdido a sus hijos, al supuesto hombre que amaba y, pensé que tal vez odiaba esa parte de su vida y yo era parte de ella. También el hecho de que nunca me hablara de mi progenitor y ver como Daniel era increíble con Lucas yo quería eso, quería pertenecer al ahora de mi madre no a lo que alguna vez odio tanto como para no mencionarlo- termino decir y cada una de sus palabras dolieron como dagas en el corazón.